<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Las Águilas Negras, un fantasma que con amenazas no da tregua

Aunque fueron desmanteladas entre 2009 y 2011, las amenazas bajo su nombre persisten.

  • En varias manifestaciones y protestas los ciudadanos se han pronunciado en contra de las amenazas provenientes de las Águilas Negras. FOTO Archivo Colprensa
    En varias manifestaciones y protestas los ciudadanos se han pronunciado en contra de las amenazas provenientes de las Águilas Negras. FOTO Archivo Colprensa
26 de marzo de 2019
bookmark

Melquisedec Torres esperó 155 días para que la Unidad Nacional de Protección (UNP) evaluara su nivel de riesgo, después de que una amenaza contra su vida llegara en un sobre cerrado a la emisora en Pitalito (Huila) en la que trabaja como periodista.

La sentencia la firmaban las Águilas Negras, el mismo grupo que amenaza líderes sociales, políticos y periodistas en todo el país.

La respuesta de la UNP dice que su nivel de riesgo es ordinario, es decir, que corre el mismo peligro que cualquier otro ciudadano colombiano.

Torres cree que el argumento de la Unidad se da porque no ha sufrido ningún atentado en los cinco meses que transcurrieron desde que llegó el panfleto intimidatorio. Pero sigue intranquilo, ya otros colegas suyos, Flor Alba Núñez y Luis Gerardo Ochoa, fueron asesinados tras recibir amenazas similares cuando investigaban hechos de corrupción en su municipio.

Entre 2006 y 2018 circularon en Colombia 282 panfletos firmados por esa supuesta organización, que llegaron a las comunidades a través del correo, fueron lanzados debajo de las puertas, puestos en carteleras, o distribuidos a través de WhatsApp o emails, según el Centro Integrado de Información de Inteligencia contra el Crimen Organizado.

Un grito al vacío

A Rubén Orley Velasco lo han amenazado muchas veces, los panfletos en la comunidad indígena en la que es líder (resguardo de Tacueyó, en Cauca) son pan de cada día. Sabe que un día va a morir así que el miedo no está latente todo el tiempo, pero en momentos de reflexión sí quisiera saber a quién le estorba y quiénes son las Águilas Negras de las que nadie le da razón.

El 15 de diciembre de 2018 resultó amenazado en un panfleto distribuido en su comunidad, junto a otros líderes. De tiempo atrás cuenta con un pequeño esquema de protección, un celular, un chaleco y de vez en cuando un vehículo que además de no ser blindado no aguanta el tránsito por las trochas que él recorre regularmente.

Pero esa amenaza, en la que nadie cree, se materializó en enero de este año, cuando hombres vestidos de negro llegaron a su casa y empezaron a perseguirlo.

Se salvó de ser asesinado porque se activaron las alarmas comunitarias y los procedimientos de control territorial por parte de la Guardia Indígena Kiwe Thegnas, lo que causó la huida de los individuos sospechosos.

Las tales Águilas Negras fueron por él, eso estaba claro. Pero para el Estado esa organización no existe.

Así mismo, este 20 de marzo, en el Norte del Cauca circularon nuevos documentos en los que esa misma organización amenaza a 13 comuneros. “La orden es matarlos, les llegó la hora”, dice el documento.

¿No existen?

Las Águilas Negras fueron una estructura que surgió después de la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). Su papel fue principalmente de limpieza social y su accionar se desarrolló en casi todo el país. Pero entre 2009 y 2011 fueron desmanteladas por la Fuerza Pública.

Hoy la Dirección de Inteligencia de la Policía (Dipol) no tiene registros de ningún grupo armado organizado que obedezca a ese nombre, lo que no quiere decir que de una vez sean desvirtuadas las amenazas, ya que las autoridades reconocen que a veces la intimidación se concreta.

Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, explicó que las amenazas relacionadas con las Águilas Negras tienen tres orígenes: “Algunos grupos se ponen ese nombre para cometer unos crímenes cuando están en guerra y evitar que las autoridades los identifiquen, por ejemplo, en la famosa guerra entre Rastrojos y los Urabeños en el Catatumbo hace unos cuatro o cinco años, los Urabeños se colocaban ese nombre para evitar que las autoridades los rastrearan, aún hoy pasa lo mismo en zonas del Pacífico colombiano”.

La segunda modalidad se da cuando hay gente que contrata sicarios para amenazar, amedrentar y asesinar y se ponen ese nombre para causar miedo, como ocurre en el Urabá antioqueño y chocoano.

Y la tercera, continúo Ávila, como se dio en Caquetá, son autoridades las que sacan panfletos para atemorizar a la población.

Como dijo el coronel (r) Jhon Marulanda, consultor internacional en seguridad y defensa, son una franquicia espuria utilizada por unos y otros para generar zozobra y acusarse mutuamente de hechos delictivos.

“Son un disfraz fantasmal, inasible, con el cual se cobijaron grupos de extrema derecha para enfrentar a las guerrillas terroristas; se cobijan las Farc para desgastar a las fuerzas militares y politizar a conglomerados contra las fuerzas y el Estado; se cobijan organizaciones de exparamilitares y exguerrilleros, aliados para el control de territorios y rutas del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión y se cobijan grupos armados irregulares delincuenciales, que buscan dominar territorios en donde hay presencia de Farc y el Eln, para poder continuar con sus actividades ilegales”, anotó Marulanda.

En resumen, son mercenarios que aprovechan la fama que ya tiene el apelativo de las Águilas Negras para hacer de las suyas sin dejar mayor rastro, por eso mismo a esas amenazas hay que creerles, aunque sea de manera preventiva.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD