El antioqueño conservador Germán Blanco se convirtió hace ocho días en el presidente de la Cámara de Representantes. Entre sus desafíos están no solo legislar en medio del coronavirus, sino además, dar el debate sobre la legalidad de las sesiones virtuales. Blanco asegura que en la actualidad no hace parte de ninguna corriente política conservadora y que se alejó del excongresista, Oscar Suárez, condenado por parapolítica.
¿Cuál es su expectativa para esta legislatura?
“Nos enfrentamos a un debate profundo entre la presencialidad y la virtualidad frente a la legalidad de las decisiones que se tomen en la Cámara. Siento que es el momento propicio para que el Gobierno radique algunos proyectos de reforma estructural en el Estado, que vienen siendo engavetados hace varios años. Pero también es el momento preciso para iniciativas parlamentarias que apunten, de manera trasversal, a ir solucionando los problemas de los colombianos que han sufrido tanto con esa contingencia”.
¿Entonces usted le apuesta a la virtualidad? ¿No le da susto que la Corte en unos meses diga la contrario?
“Lo que pasa es que no somos autoridad sanitaria pública y ellos son los que determinan, de acuerdo con los comportamientos de la pandemia, si se pueden o no hacer este tipo de reuniones sobre todo en Bogotá. Nos tenemos que acoger. Soy amigo de la presencialidad, pero bajo una gradualidad que lo permita por las autoridades sanitarias del país”.
En ese sentido se puede considerar una alternancia, entonces, entre lo virtual y lo presencia...
“La verdad es que los parlamentarios no somos inmunes al contagio y la alternancia es un riesgo porque hoy tenemos seis representantes contagiados por covid. Mientras esos riesgos existan, vamos a poner todo el cuidado para que ni la salud ni la vida de los parlamentarios ni de los funcionarios vaya a estar en riesgo”.
Le insisto. Usted está haciendo una interpretación de la decisión de la Corte Constitucional y se lo digo porque ese 9 de julio el alto tribunal tumbó el artículo 12 del decreto 491 de la Presidencia, que daba vía libre a las sesiones virtuales, pero por la tarde de ese mismo día, habló de la autonomía del legislativo... ¿Ahí qué se hace?
“Mi interpretación es de tipo legal y constitucional. Lo que dijo la Corte es que existe una separación de poderes, que hay independencia y autonomía, que nos tenemos que manejar bajo nuestros propios lineamientos, los cuales existen además, de hecho hay resoluciones del semestre anterior que autorizan la virtualidad. También estamos tramitando un proyecto de ley que esperamos en 20 días este votado en Senado. Ese es el blindaje, pero lo ideal es que progresivamente vamos llegando a la presencialidad, pero estará supeditado al comportamiento de la pandemia”.
¿Cuáles son los proyectos estructurales que hay que hacerle al Estado?
“Sería muy importante que el Gobierno después de décadas pueda presentar por fin una reforma estructural a la salud, a la justicia, a la educación. Debe presentar una política pública de economía solidaria, una política agraria que supere las expectativas y que ponga al Estado a la altura de lo que nos toca vivir”.
¿Y desde el legislativo?
“Le cuento que desde el 20 de julio se han radicado 250 proyectos en la Cámara, de los cuales unos 25 son actos legislativos y el 95 % son de iniciativa parlamentaria y el 5 % del ejecutivo. Lo que hay que buscar es que los temas sean transversales al momento histórico que estamos viviendo, que es lo que está reclamando la ciudadanía y es que se legisle en favor de los intereses de los colombianos”.
¿Cómo están las relaciones con el presidente Duque?
“Son relaciones afables. Hay respeto por la separación de las funciones del Estado, pero tiene que haber una colaboración armónica. Ya tuvimos una primera reunión, de iniciativa del presidente Duque. Pero no hay una agenda legislativa o planteamientos de proyectos por parte del Gobierno más allá de lo que conoce la opinión pública, no hay nada más”.
¿Hay algo en el manejo del covid que le preocupe?
“El país no estaba preparado para eso, la contingencia en el mundo no tenía los gobiernos preparados, los presupuestos estaban dados para otro tipo de necesidades. El Gobierno ha hecho lo que ha tenido a su alcance y más”.
¿Qué se hará por Antioquia desde el Congreso?
“Somos una bancada que cuando hay que defender los intereses del departamento lo hacemos al unísono. Estaremos reuniéndonos periódicamente. Hay que buscar los recursos adicionales para que se minimicen las consecuencias de la pandemia con recursos de la Nación”.
Usted ha tenido el respaldo de la casa Suárez de Bello, ¿hoy cómo están esas relaciones?
“Inicié mi carrera política al lado del Progresismo de J. Emilio Valderrama, cuando él muere hay una división conservadora en Antioquia y yo me quedo al lado de Fabio Valencia Cossio y Juan Gómez Martínez. En 2007 después de dos periodos en la Asamblea decidí aspirar al Congreso y hago equipo con Óscar Suárez, que en ese momento era senador y quien era mi compañero de universidad, lo que lo hace mi amigo más que jefe político. Óscar empieza con una serie de dificultades en 2010 que conoce la opinión pública. La candidata y fórmula al Senado fue Olga Suárez. Ella fue mi fórmula durante tres periodos, el tercero no logró la curul. Desde hace dos años yo he marcado públicamente independencia de los sectores conservadores del departamento, obviamente, guardo agradecimiento por los equipos y las personas que he mencionado”.
