Este 31 de enero en las oficinas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ubicadas en Roma, Italia, el Gobierno colombiano radicó un comunicado para rechazar que Colombia haya sido incluido entre los países que están en riesgo de padecer hambre aguda.
Esto se debe a que la FAO indicó que el país hace parte de uno de los 20 puntos en los que la seguridad alimentaria podría deteriorarse en los próximos meses.
Los datos, que fueron publicados en las redes sociales de la FAO, no cayeron bien en el gobierno colombiano. “Debo reconocer que este informe nos tomó por sorpresa. En primer lugar porque lo que se acostumbra internacionalmente es que estos informes que trabajan las agencias que tienen sede en el país siempre se discuten previamente con el Gobierno”, aseguró la vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez.
La funcionaria, además, cuestionó la metodología, el soporte fáctico y las fuentes que usó la FAO para emitir las alertas tempranas sobre los focos de inseguridad alimentaria. Y calificó como “francamente curioso” que otros países latinoamericanos no hayan sido incluidos en el reporte del ente multilateral, pese a que tienen problemas económicos, falta de transparencia en las cifras y “precariedad institucional”.
Desde la Cancillería, además, señalaron que a pesar de la crisis de la pandemia, la economía colombiana creció 9.5%, siendo la cuarta economía con mayor crecimiento en América del Sur. A su vez, indicaron que las cifras de desnutrición de niños y niñas descendieron en un 39,1 % entre 2018 y 2020. Y anotaron que “Colombia tiene una capacidad de autoabastecimiento del 72% de la producción agropecuaria que se demanda para el consumo interno de alimentos”.