Han pasado 12 días desde que el senador y precandidato a la presidencia, Miguel Uribe Turbay, sufrió un atentado mientras hacía un mitin político en la localidad de Modelia, en Bogotá. Aquella tarde de sábado, se escucharon 8 disparos. 3 impactaron Uribe Turbay.
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De repente, las calles del barrio se convirtieron en un campo de batalla entre el agresor, la comunidad y las autoridades. En solo minutos, entre gritos, sollozos, sangre y caos, el menor señalado de disparar fue aprehendido por los escoltas del político. En medio de tan tenso momento, una voz de un hombre resaltó: decía que iba a apuñalar al gatillero.
Aquel hombre era Cristian Roberto Copajita, un vecino del sector quien, al ver el alboroto, se dirigió al joven (quien yacía esposado y presionado contra el suelo) señalado de disparar y lo golpeó en la cabeza. Copajita, con un fuerte grito, dijo: “Ese pirobo se gana mi puñalada porque se la gana”.
Los funcionarios de la Unidad Nacional de Protección (UNP) lo detuvieron: “Váyase de acá, ¿acaso usted tiene algo que ver o por qué lo quiere joder?”, dijo un escolta.
Ese mismo día, Copajita se presentó ante los medios como un testigo del hecho. “Estaba ahí escuchando el discurso que estaba dando el buen hombre Miguel Uribe. Estaba muy cerca del político y el personaje me empujó y siguió corriendo. Todos salimos detrás de él. Por allá botó la pistola y le disparó a una señora que no tenía nada que ver”, le dijo a Noticias Uno.
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Incluso, él mismo habría sido el que le dio a los periodistas de aquel noticiero un video con los golpes que le propinó al menor. Sin embargo, conforme los días fueron pasando, las sospechas empezaron a caer sobre Copajita: ¿por qué tenía tantas ganas de herir al menor? Aquel sábado, estuvo cerca de sacar una navaja para herirlo.
Ante las sospechas, Copajita se presentó voluntariamente ante la Fiscalía. Pidió disculpas, y admitió que su comportamiento fue desmedido. Aseguró que se dejó llevar por la ira del momento. “Solo soy un ciudadano que quería ayudar, la verdad no tenía la noción ni sabía que el senador Miguel Uribe estaba aquí dando sus palabras. Yo trabajo en la esquina, salimos como locos”, dijo a City TV.
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Añadió que lleva viviendo muchos años en Modelia, y que no tiene que ver con los hechos. “No intenté callarlo, como dicen por ahí”. Por último, aseguró: “Han sido días difíciles, me amenazaron de muerte”.
Sin embargo, hay una inconsistencia con respecto a lo que le narró a Noticias Uno y a CityTV. Primero dijo que estaba escuchando el discurso, luego dijo que estaba trabajando, y no sabía que el político estaba dando un discurso.
EL COLOMBIANO intentó comunicarse con Copajita para hablar de las inconsistencias, sin embargo, al momento de publicar esta nota, aún no ha respondido.
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