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Nos une el sentimiento de construir un mejor país

Aquellos símbolos que surgieron del nacionalismo y que nos identificaban como colombianos, como las gestas libertadoras, se transforman cada día para darle paso a nuevos emblemas que reconocen la diversidad y la diferencia.

  • Arriba: Susana Ortiz y Nicanor Serna. Abajo: Billy Escobar y María Eugenia Escobar. Ellos se sumaron a la iniciativa de hablar del orgullo patrio y accedieron a participar de este ejercicio. FOTOS Carlos Velásquez
    Arriba: Susana Ortiz y Nicanor Serna. Abajo: Billy Escobar y María Eugenia Escobar. Ellos se sumaron a la iniciativa de hablar del orgullo patrio y accedieron a participar de este ejercicio. FOTOS Carlos Velásquez
20 de julio de 2021
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En esta fecha, Colombia se engalana con el tricolor nacional colgado de balcones y ventanas, el doodle de Google hace referencia a nuestro territorio, la camiseta de la selección se vuelve la prenda más utilizada y las empresas recalcan el orgullo que sienten por ser parte de Colombia. Es el 20 de julio, el día de la Patria.

Y mientras celebramos un año más de conquista de una nación independiente, también es válido preguntarse de dónde afloran estos sentimientos de orgullo y nacionalismo que se nos han inculcado desde la familia y las instituciones, y si dichos valores que datan de siglos atrás son válidos en estos tiempos cambiantes.

Por eso, desde la cuenta en Instagram de ELCOLOMBIANO, se convocó a los lectores para que expresaran lo que los hace sentir orgullosos de ser colombianos. Elegimos a cuatro de ellos que accedieron a participar en este ejercicio, teniendo en cuenta la diversidad de edades para representar el pensamiento de generaciones distintas para este artículo.

Nuestro nacionalismo

La mayoría de expresiones de júbilo nacional y lo que señalamos como “ser colombiano” surge de la corriente ideológica conocida como nacionalismo, cuyo origen data de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Este fue muy popular en la época de los movimientos independentistas de las colonias europeas.

El nacionalismo es un sentimiento construido desde el ámbito social cuya identidad se liga a ciertos valores –culturales, idiomáticos y de historia común– que configuran una nación y que reconocen a quienes residen en una zona particular como miembros de un grupo.

El papel del nacionalismo en nuestra región fue el de construir la base desde la que se sustentó el concepto de nación (en reemplazo de la monarquía) a partir de la declaración de Independencia de 1810 para que ella, a su vez le diera soporte al nuevo Estado moderno surgido del proceso de emancipación.

José Fernando Saldarriaga, sociólogo, doctor en Filosofía y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma Latinoamericana Unaula, agregó que el nacionalismo se puede establecer como una forma de territorialidad y de identidad política que tiene injerencia en las formas, las costumbres y la cultura.

Por su parte, Óscar Calvo Isaza, historiador, doctor en Historia y docente universitario, explicó que lo que comprendemos como ser colombiano no es un hecho como tal si no que es un proceso de consolidación, en el que a pesar de que somos tan diferentes, nos conduce a sentir que pertenecemos a un mismo proyecto que es el Estado nacional.

“Lo primero es entender que nos hemos encontrado e ido reconociendo como personas que tienen algo en común. Y eso que tenemos en común, pasa por la idea del territorio, de que tenemos una misma historia, que tenemos —si se quiere— una manera de entender la vida y la naturaleza en la que puede haber ciertas cosas con las que nos identificamos”.

Nuestro orgullo patrio

Con el nacionalismo viene ligado el término orgullo patrio. Pero, ¿realmente hay unanimidad al definirlo?

De acuerdo con Orestes Zuluaga Salazar, presidente de la Academia Antioqueña de Historia, el proceso de creación de nuestro orgullo patrio viene incluso desde antes de 1810, pues —según el académico— este es el resultado de la integración en un mismo territorio de varios habitantes de distintas regiones. El proceso se vio fortalecido por la gesta libertadora y por la inclusión de valores inherentes a cada región a dicha confección del orgullo patrio.

“Luego de ese 20 de julio se fue formando una patria nueva en la que costeños, antioqueños, llaneros, pastusos y gente de todas las regiones conformaron una sociedad que derivó en este Estado nuestro, que hoy después de 211 años hace que quienes lo habitamos sintamos orgullo de esta nación y del recuerdo de aquellos que derramaron su sangre, dieron su vida e hicieron grandes trabajos y estudios para conformar una sociedad como la nuestra”, señaló Zuluaga.

Según Óscar Almario García, historiador, investigador y docente de la Universidad Nacional sede Medellín, tras la Independencia, la educación en las escuelas fue formando nuevos ciudadanos en la idea de que somos una república y un colectivo político surgido del acto heroico de luchar contra los españoles. “A eso es lo que se llama orgullo patrio, como expresión de ese nacionalismo”.

Tiempos de cambios

En los albores de la República, el peso del orgullo patrio fue soportado por las principales gestas militares que trajeron nuestra libertad y terminaron con la hegemonía española en nuestro territorio, así como los héroes nacionales que la hicieron posible.

Según Saldarriaga, como el concepto de nacionalismo –y por ende el de orgullo patrio– no es monolítico, las figuras a las que se les atribuye la capacidad de cohesionar a todo un país se han venido actualizando conforme los sucesos históricos que atraviesa la nación en diversos aspectos.

“Nuestro antiguo orgullo patrio era soportado por próceres como Bolívar, Santander, Córdoba, Girardot, Caldas, Torres y Nariño. Pero hoy en día el orgullo patrio reposa también en los héroes de la sociedad como los deportistas, los científicos, los artistas y los empresarios. Es decir, aquellos que van superando sus necesidades y le aportan al progreso de la sociedad colombiana”, indicó Zuluaga.

Este proceso de transformación de país, también ha permitido reconocer e incluir los puntos de vista de las comunidades históricamente excluidas, generando un nuevo concepto de nacionalismo y orgullo nacional surgido desde sus propios habitantes, que se recogió en cierto modo en la Constitución de 1991 y su declaración de Estado pluralista.

Saldarriaga también apunta a que cuando hay un carácter de solidaridad desde las comunidades —como sucedió en el inicio de la pandemia— también se le puede dar esa connotación de acto patriótico.

“El orgullo patrio no lo podemos relegar solamente a quienes nos dieron la libertad, sino que también reside en quien traiga el cambio, el progreso y la transformación de la sociedad. Hay que recordar en la década del ochenta el orgullo que nos dieron Cochise, el Zipa Forero, Ramón Hoyos; y qué decir de lo que nos hizo sentir García Márquez con su Nobel de Literatura; o el orgullo que nos dan tantos artistas, científicos e industriales”, apuntó Zuluaga.

Lo que nos une como colombianos

Es innegable que Colombia es una nación que posee marcadas diferencias por factores geográficos, idiosincrásicos, culturales y conflictivos. Sin embargo, si miramos con más detalle, también hay factores que nos unen como habitantes de este territorio, factores que muchas veces pasamos de largo pero que, en fechas como hoy, vale la pena mencionar.

Aunque pareciera contradictorio, para Calvo, la historia común del conflicto y de la guerra padecida en gran parte del territorio —por la lucha entre guerrilla, narcotraficantes y del Estado contra la criminalidad— es un hecho común que nos reúne en la idea del sufrimiento colectivo pese a que somos profundamente diferentes.

Otro hecho que el docente universitario resalta es que, más allá del tema político, la música, la literatura y los medios de comunicación —a través de su discurso— nos han permitido sentirnos parte de una misma comunidad nacional pese a nuestras diversidades.

“Esto crea una gran identidad y fortaleza en torno a símbolos, ideas y formas de entender el mundo. La música y, por supuesto, la literatura ayudan a reflejar esa diversidad que nos llega a todos”, explicó Calvo.

El profesor Almario expuso que, algo que nos une a todos los colombianos, es el reconocimiento de las cosas positivas que posee nuestro país como la riqueza natural, étnica, social, cultural, geográfica y regional.

Zuluaga aseveró algo que es curioso de escuchar cuando se habla de factores unificadores del país. Según él, a Colombia hoy la une lo que la desunía en el pasado: sus prohombres y su clase dirigente, quienes —a pesar de las críticas constantes y el desconocimiento de sus logros— hicieron que un país de regiones tan diferentes como Colombia lograra unificarse.

“Nos unió el espíritu que le han imprimido al país grandes prohombres como Tomás Cipriano Mosquera, Mariano Ospina Rodríguez, Rafael Núñez, Carlos E. Restrepo o Alfonso López Pumarejo, quienes a través de la industrialización, de la creación de carreteras y terminales de transporte, de la construcción de universidades y centros tecnológicos en las regiones han creado un espíritu unificador que enalteció la patria que legaron de sus antepasados”, expresó Zuluaga.

Retomando la línea política, Calvo menciona que otro elemento unificador es nuestro Estado en común, que aún en medio de las grandes dificultades, nos ha cohesionado.

“Tenemos un Estado que se manifiesta y ha tenido una intervención decisiva en la vida colombiana en los últimos 200 años que llevamos como Estado republicano. De la mano de eso, también está una vida cívica en común que sigue siendo imperfecta, pero que nos da la idea de que somos un país soberano donde el pueblo dicta y escribe sus propias leyes. La ilusión de la democracia y de una vida en común, creo que también es algo que compartimos”, agregó.

Y otro elemento que nos uniría más, a juicio de Almario, sería concentrarnos en la meta de dejarles un país mejor a nuestros niños y jóvenes.

“Tenemos que ver qué podemos hacer para que en el futuro, las nuevas generaciones no repitan los errores que hemos cometido y escojan las mejores vías que nos vuelvan un país respetable y viable. Los colombianos tenemos muchas cosas en común por construir y por conocer, por eso debemos buscar un país donde quepamos todos”

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