En su trabajo como patrullera de la Seccional de Investigación Judicial (Sijín) de Bogotá, Paula Celis Guzmán se encargaba de investigar crímenes para capturar a los verdugos. Pero al llegar a su casa y desprenderse del uniforme, era víctima de un excónyuge que la maltrataba.
Así se fue configurando su propio expediente, siendo ella la denunciante en vez de la detective, hasta que todo se salió de control. Ni la Policía, para la cual laboraba, ni la Fiscalía, para la cual investigaba, la protegieron de su exmarido.
Esta es una de las tristes conclusiones que dejó la audiencia de control de garantías contra Carlos Celine Padilla, un policía adscrito a la Seccional de Tránsito y principal sospechoso del feminicidio.
En su exposición, la Fiscalía recordó que Paula estaba “en un riesgo extremo”. De hecho, el 14 de septiembre pasado lo denunció por violencia intrafamiliar, ya que “él la había golpeado por celos, y ella tenía afectaciones emocionales y psicológicas”.
En esa misma fecha envió una carta al comando de la Policía Metropolitana de Bogotá, pidiendo un traslado para su protección, pero no se lo concedieron.
En esos documentos, recopilados por el ente acusador, Paula contó que su relación con Celine duró dos años, fruto de la cual quedó un bebé de siete meses, y que habían terminado el 10 de julio de 2023. Pese a esto, el maltratador la seguía asediando en su apartamento de la localidad Los Mártires.
Según su denuncia, el policía la golpeó incluso durante el embarazo y en varias oportunidades la amenazó de muerte. “Ese man es un psicópata, yo no sé por qué la Institución tenía un man de esos”, reflexionó Julio Celis, el papá de la difunta, horas después de la tragedia.
El crimen
No se sabe si por amenazas, o por preservar un hogar para el bebé, en diciembre la patrullera le abrió de nuevo las puertas de su apartamento a Celine. La reconciliación fue corta.
El 22 de diciembre, según la investigación preliminar, el policía le habría propinado más de 22 cuchilladas a Paula, dejándola sin vida en el baño. Luego agarró el bebé y escapó.
Leonor Merchán, directora Seccional de Fiscalías de Bogotá, indicó que “el presunto feminicida respondía los mensajes de texto que la familia de la mujer le enviaba, cuando ella no llegó al otro día a trabajar” a la URI de la localidad de Kennedy, donde cumplía sus turnos.
Para confundir a los allegados, Celine escribió que Paula estaba en la clínica porque el niño se había enfermado.
A las 48 horas, luego de un seguimiento por las cámaras de seguridad, el CTI lo capturó en una residencia y recuperó al bebé. Al policía le imputaron el cargo de feminicidio agravado, aunque él se declaró inocente en el estrado.
El caso de Paula Celis deja muchas preguntas en el aire: ¿por qué la Policía no la protegió, si era una de las suyas? ¿Por qué, a pesar de tener una denuncia y antecedentes por violencia, nunca apartaron a Carlos Celine de su cargo?
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ANEXO: CIFRAS DE UNA ATROZ REALIDAD
- Según el Observatorio Colombiano de Feminicidios, creado por la ONG Red Feminista Antimilitarista, este año se han registrado 483 feminicidios (con corte al 11 de noviembre). La cifra incluye los casos de transfeminicidio, contra las personas transgénero.
- El departamento más afectado es Antioquia, con 85 casos, seguido de Bogotá (56), Valle (50), Cauca (36), Atlántico (35) y Magdalena (29).
- La mayoría de las víctimas (67) estaban en el rango de los 25 a 29 años de edad, seguidas por las de 30 a 34 (58).
- El arma más empleada por los verdugos es la de fuego (263), seguida de la cortopunzante (125).
- En 185 de los casos, el asesino resultó ser una persona conocida por la víctima, como el cónyuge, expareja o un familiar.