El proceso de paz del Gobierno con las Farc fue puesto nuevamente a prueba por el atentado con explosivos atribuido a esa guerrilla que le costó la vida a un teniente coronel de la Policía, un patrullero y un civil en Córdoba, Nariño.
En el atentado, que según las autoridades fue cometido por guerrilleros del frente 48 de Farc en una carretera entre los municipios de Córdoba e Ipiales, en el departamento de Nariño, murieron el comandante de la Policía de Ipiales, el teniente coronel Alfredo Ruiz Clavijo; el patrullero Juan David Marmolejo García y un civil.
Este ataque, uno de los más graves sufridos por la Policía desde que se iniciaron los diálogos de paz con las Farc, en noviembre de 2012 en Cuba, se produce en medio de una oleada terrorista de la guerrilla que aumenta día tras día y justo cuando el presidente Juan Manuel Santos está fuera del país, de gira por Europa, recabando apoyo internacional para una solución negociada al conflicto.
El repudio nacional causado por el atentado contra el teniente coronel Ruiz aumenta a medida que se conocen detalles de lo ocurrido, como que el oficial y el patrullero que estaba con él fueron rematados con tiros de gracia, según reveló el director de la Policía, general Rodolfo Palomino.
“De acuerdo con lo que hemos podido conocer de la información de un policía sobreviviente de este cruel y cobarde atentado, el señor teniente coronel y el patrullero asesinado fueron ultimados por tiros de gracia”, afirmó Palomino en declaraciones a periodistas en Bogotá.
El teniente coronel asesinado, de 49 años de edad, 30 de ellos en la Policía, regresaba a Ipiales, después de encabezar un consejo de seguridad en la cercana localidad de Puerres.
Las reacciones no se hicieron esperar y uno de los primeros en condenar el ataque fue el expresidente y senador Álvaro Uribe, crítico de la manera como se desarrollan los diálogos en Cuba, quien de inmediato propuso que se suspendan las negociaciones de paz.
“Hay momentos, el asesinato del soldado es el asesinato de la Patria. Que se suspenda el diálogo sin levantar la mesa”, escribió Uribe en su cuenta de Twitter. ¡Por respeto a las Fuerzas Militares suspendan el diálogo, para persistir en la paz no levante la mesa”. Considera que esa suspensión de las conversaciones debe ser hasta cuando las Farc estén concentradas en un solo sitio y exista una vigilancia.
También desde el Centro Democrático, el excandidato presidencial Oscar Iván Zuluaga sostuvo que “un Estado legítimo no se puede dejar chantajear ni presionar por grupos y acciones terroristas, que en este caso, por ejemplo, lo que buscan es un cese al fuego bilateral. Lo que ha ocurrido en las últimas semanas es demencial, se está desintegrando el país”.
Desde Roma, Italia, en donde está de gira, el presidente Santos sostuvo se equivocan las Farc si piensan que con acciones como esas van a llevar a decretar el cese al fuego bilateral. Por el contrario, el primer mandatario dio la orden a las Fuerzas Militares de acrecentar sus acciones contra las Farc y reiteró que seguirá con el proceso de paz.
Y en respuesta a los críticos del proceso de paz dijo que “quienes quieren forzarme a desistir en la búsqueda de la paz ¡también se equivocan!”.
A su turno, el senador de la U Roy Barreras insistió en que se “debe parar la guerra” y pidió que el presidente persista en seguir con el proceso de paz, a la vez que lamentó que sigan cayendo miembros de las Fuerzas Militares. Barreras Cuestionó además que por las redes sociales se circulen las fotos de los uniformados muertos, lo que según el senador se hace con un sentido de generar más dolor y rabia.
De opinión distinta se declaró el presidente del Partido Conservador, David Barguil, quien le pidió al presidente Juan Manuel Santos que de manera inmediata suspenda los diálogos hasta cuando no se encuentre un compromiso de las Farc. “El asesinato del Coronel Ruiz demuestra una vez más que las Farc no tienen voluntad de paz. ¡Sólo quieren terrorismo y brutalidad!”, escribió en Twitter Barguil.
Armando Benedetti, senador de la U y cercano al presidente Santos, sostuvo que “llegó el momento de que el presidente le ponga el pecho a este tipo de situaciones bien sea para destrabar el proceso o para terminarlo”.
En el liberalismo se insistió en que si bien se acompaña el proceso de paz, las acciones terroristas de los últimos días obligan a que el presidente Santos le ponga tiempo y criterios concretos a la negociación.
“Infame el asesinato de coronel Ruiz en Nariño. Nos duele su muerte y demuestra la falta de voluntad de paz de las Farc”, escribió el titular de Interior, Juan Fernando Cristo.
Esa sensación es la misma que tienen millones de colombianos que ven con incredulidad el proceso de paz y que ponen en duda la real voluntad de paz de esa guerrilla.
“Asesinando uniformados y dejando poblaciones sin luz ni agua, Farc demuestra que no tienen voluntad de paz, sino de guerra”, escribió por su parte el Ministerio de Defensa en la red social.
Y es que el atentado que le costó la vida al teniente coronel no hace sino aumentar la tensión del debilitado proceso de paz, golpeado a diario en las últimas semanas por las acciones terroristas de las Farc contra la fuerza pública, la infraestructura petrolera, energética, de carreteras y de agua potable del país.
En su ofensiva, las Farc dejaron sin electricidad por varios días a más de un millón de personas en el departamento del Caquetá (sur), así como a las ciudades de Buenaventura y Tumaco, los principales puertos del país en el Pacífico, y contaminado ríos y otras fuentes de agua con derrames de petróleo en los departamentos de Putumayo y Nariño.
También dinamitaron la semana pasada el acueducto del municipio de Algeciras, en el departamento del Huila , atacaron infraestructuras petroleras en Tibú (Norte de Santander), y hoy atentaron contra dos torres de transmisión de energía en Medina, departamento de Cundinamarca.
En otro ataque en la Vía Panamericana, en el departamento del Cauca, murieron el pasado jueves tres policías de carreteras.
Las Farc incrementaron su actividad armada desde el pasado 22 de mayo, cuando suspendieron el cese el fuego unilateral e indefinido que habían iniciado cinco meses antes en el marco de los diálogos de paz, después de que 27 guerrilleros murieran en un bombardeo de la Fuerza Aérea en una zona remota del Cauca.
Ese bombardeo fue a su vez consecuencia de un ataque de las Farc que mató a 11 militares en la misma región el 15 de abril, día en que empezó la actual prueba de fuego para el proceso de paz.