La renuncia de la ministra de Justicia, Margarita Cabello, para ser ternada a la Procuraduría General de la Nación, (cargo que se elegiría el próximo jueves en el Senado de la República) deja en evidencia la interinidad a la que se ha visto sometido el Ministerio de Justicia en los últimos ocho gobiernos en el país.
Entre los mandatos de los expresidentes Belisario Betancur (3 ministros), Virgilio Barco (6), César Gaviria (3), Ernesto Samper (3), Andrés Pastrana (2), Álvaro Uribe (4 en sus dos períodos presidenciales), Juan Manuel Santos (7 en ocho años de gobierno), y dos en los dos años que lleva Iván Duque, han pasado por esa cartera 30 ministros sin que se haya adelantado uno de los objetivos principales: liderar una gran reforma a la Justicia que no se realiza desde 1991 en el país.
Y no es que por ese ministerio no hayan pasado las personas idóneas, como lo expresa Hernando Herrera Mercado, director Corporación Excelencia en la Justicia; es, como explica el analista, por tres razones: una, perdió trascendencia con los cambios constitucionales de 1991. “Algunas de sus tareas fueron desplazadas a otros órganos creados en esa Constitución; por ejemplo, el ministerio antes manejaba los recursos de la rama y lo que era la construcción de Palacios de Justicia, ahora lo tiene el Consejo Superior de la Judicatura; coordinaba la instrucción criminal, que era prácticamente la investigación, hoy lo hace la Fiscalía; y ejercía la defensoría pública de pueblo, y hoy lo hace la Defensoría”.
Herrera agrega que el ministerio ha asumido más funciones en el tema de prisiones, “y cuando los ministros se dedican solo a cárceles, descuidan otros aspectos importantes”; y lo tercero, “hemos visto que ha sido un reto de imposible cumplimiento, de los últimos ministros de justicia: promover y hacer aprobar esa gran reforma a la justicia”.
Este último asunto es, en última instancia, la gran deuda de la cartera, o por lo menos así lo considera Andrés Hernández, director ejecutivo de la Corporación Transparencia por Colombia, quien asevera que haber tenido dos ministras en dos años de este gobierno, transmite falta de continuidad en el liderazgo.
“Hoy los colombianos no conocemos de fondo cómo se va a impulsar lo que está demandando la ciudadanía que es una reforma. Ha habido un liderazgo desde otras instancias para plantear el tema, pero no tenemos nada en concreto. Pareciera que se está embolatando esa reforma”, expresa Hernández.