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Rotación en Minjusticia deja en deuda la reforma

En los últimos 38 años de gobierno han pasado por ese ministerio 30 jefes. Se espera un nuevo ministro.

  • Margarita Cabello (foto) reemplazó en el ministerio a Gloria María Borrero. Estuvo en el cargo 14 meses. Es abogada y en 2012 fue magistrada de la Sala Civil de la CSJ. FOTO Colprensa
    Margarita Cabello (foto) reemplazó en el ministerio a Gloria María Borrero. Estuvo en el cargo 14 meses. Es abogada y en 2012 fue magistrada de la Sala Civil de la CSJ. FOTO Colprensa
25 de agosto de 2020
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La renuncia de la ministra de Justicia, Margarita Cabello, para ser ternada a la Procuraduría General de la Nación, (cargo que se elegiría el próximo jueves en el Senado de la República) deja en evidencia la interinidad a la que se ha visto sometido el Ministerio de Justicia en los últimos ocho gobiernos en el país.

Entre los mandatos de los expresidentes Belisario Betancur (3 ministros), Virgilio Barco (6), César Gaviria (3), Ernesto Samper (3), Andrés Pastrana (2), Álvaro Uribe (4 en sus dos períodos presidenciales), Juan Manuel Santos (7 en ocho años de gobierno), y dos en los dos años que lleva Iván Duque, han pasado por esa cartera 30 ministros sin que se haya adelantado uno de los objetivos principales: liderar una gran reforma a la Justicia que no se realiza desde 1991 en el país.

Y no es que por ese ministerio no hayan pasado las personas idóneas, como lo expresa Hernando Herrera Mercado, director Corporación Excelencia en la Justicia; es, como explica el analista, por tres razones: una, perdió trascendencia con los cambios constitucionales de 1991. “Algunas de sus tareas fueron desplazadas a otros órganos creados en esa Constitución; por ejemplo, el ministerio antes manejaba los recursos de la rama y lo que era la construcción de Palacios de Justicia, ahora lo tiene el Consejo Superior de la Judicatura; coordinaba la instrucción criminal, que era prácticamente la investigación, hoy lo hace la Fiscalía; y ejercía la defensoría pública de pueblo, y hoy lo hace la Defensoría”.

Herrera agrega que el ministerio ha asumido más funciones en el tema de prisiones, “y cuando los ministros se dedican solo a cárceles, descuidan otros aspectos importantes”; y lo tercero, “hemos visto que ha sido un reto de imposible cumplimiento, de los últimos ministros de justicia: promover y hacer aprobar esa gran reforma a la justicia”.

Este último asunto es, en última instancia, la gran deuda de la cartera, o por lo menos así lo considera Andrés Hernández, director ejecutivo de la Corporación Transparencia por Colombia, quien asevera que haber tenido dos ministras en dos años de este gobierno, transmite falta de continuidad en el liderazgo.

“Hoy los colombianos no conocemos de fondo cómo se va a impulsar lo que está demandando la ciudadanía que es una reforma. Ha habido un liderazgo desde otras instancias para plantear el tema, pero no tenemos nada en concreto. Pareciera que se está embolatando esa reforma”, expresa Hernández.

¿Qué se debe hacer?

El exviceministro de Justicia, Rafael Nieto Loaiza (2003), coincide con los analistas en que el Ministerio de Justicia se convirtió en una cartera de peso menor y para él, esta ha perdido trascendencia al no poder abordar grandes temas como la reforma a la justicia, lo que la pondría, según sus palabras, en una administradora de cárceles y notarías.

Dice Nieto que lo ocurrido es el resultado de un transcurrir político que ha terminado por volver inocuo al ministerio durante muchos años.

“Es el fortalecimiento de distintas cosas: de la rama judicial que reduce la mayor capacidad de acción con la rama al Gobierno, la concentración de las decisiones de fondo en la Secretaría Jurídica de Presidencia, lo que le resta funcionalidad al ministerio, las reglas de decisión de lo que es o no reformable a través del Congreso o a través de la Corte Constitucional tiene el mismo efecto porque restringe la posibilidad de hacer reformas profundas impulsadas desde el Gobierno o desde el Congreso a la rama”, asevera.

Para Nieto, la única forma de que el Ministerio de Justicia vuelva a adquirir la importancia de otros años, es que se le encargue la tarea de adelantar el consenso nacional para sacar adelante la reforma al sistema de administración de justicia: “ahí sí necesita un peso pesado capaz de articularse con otros partidos políticos, capaz de hablar de tú a tú sin tenerles miedo a los magistrados de la Corte, capaz de comunicar adecuadamente a la opinión publica lo que se necesita hacer, ahí se necesita un gran ministro”.

11
ministros de Justicia tuvo el país en 16 años de gobierno de Álvaro Uribe y Juan M. Santos
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