La conformación de las listas al Congreso para las elecciones de 2022 –cuyo plazo de entrega se cumplió este lunes– se convirtió en una guerra política que dejó heridas abiertas y demostró que hay partidos que no son tan sólidos como parecía, pues los tiempos electorales facilitan estas fracturas.
En el Partido Liberal, la Alianza Verde, el Centro Democrático, y el Pacto Histórico, la selección y exclusión de candidatos desató peleas y renuncias, quedando expuestas las fuertes divisiones.
La entrega de avales para estar en las listas al Senado –que tienen un máximo de 100 cupos por partido o coalición– fue motivo de pelea en las toldas uribistas, petristas, verdes y liberales.
Se le rebelaron a Uribe
En el Centro Democrático la conformación de esta lista ocasionó algo que tiempo atrás era inimaginable: Álvaro Uribe –líder natural de la colectividad– ha recibido críticas públicas de sus congresistas por las decisiones tomadas. Uno de los temas que sigue generando malestar es que Miguel Uribe Turbay (último en las elecciones a la Alcaldía de Bogotá en 2019 con 426.625 votos) sea la cabeza de lista al Senado.
La senadora María Fernanda Cabal –a quien Uribe le negó la cabeza y finalmente le entregó el puesto 100– ha sido una férrea opositora a esta decisión y este lunes volvió a lanzar cuestionamientos. “Lo aburridor en la política es que se premia a los de afuera y se castiga a los de adentro y eso no es un buen ejemplo”, dijo.
Cabal no fue la única insatisfecha con los movimientos de esta lista, que según fuentes cercas al partido fue ordenada y aprobada única y exclusivamente por el expresidente Uribe. Hubo otros dos congresistas que se despacharon en críticas de alto calibre y uno de ellos llegó al punto de renunciar este martes.
Se trata del representante a la Cámara, Edward Rodríguez, quien abandonó el partido y desistió de aspirar al Senado al asegurar que se sintió “maltratado y menospreciado” a pesar de que alcanzó la votación más alta en la lista por Bogotá en 2018, con 104.248 votos.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Rodríguez explicó que decidió renunciar ya que el partido no aclaró por medio de un pronunciamiento que él no tuvo impedimentos éticos para ser precandidato presidencial –como se dijo en septiembre– y además generó malestar la falta de claridad en el número que se le asignaría en la lista al Senado.
“Primero me ofrecieron el número 100 y se lo dieron a Cabal. Luego me ofrecieron el 10 y se lo dieron a Paloma Valencia. Después me dijeron que el 11 estaba libre y después terminaron dándome el 17. No es solo el número, sino la falta de palabra. Decidí renunciar ante reiterados maltratos por diferentes temas”, explicó.
Previamente, la senadora Amanda Rocío González se había despachado contra Uribe y el partido porque el pasado domingo, un día antes de la inscripción, le negaron el aval. Según la congresista, la directora de la colectividad, Nubia Stella Martínez, la llamó y le informó que no podía aspirar en 2022 porque su aval sería entregado a Alirio Barrera –exprecandidato presidencial–, y él solo se lanzaría si era el único candidato por Casanare, de donde también es González.
“Es triste que el partido decida de forma arbitraria premiar la mezquindad, mediocridad y amiguismo, dejando de lado el sentir de sus bases y su gente en las regiones (...) Es lamentable que el partido y el expresidente Uribe, haciendo uso de inusuales facultades, pretendan transgredir mis derechos”, cuestionó González.
Este diario consultó al Centro Democrático sobre estas polémicas declaraciones, pero decidieron no hacer ningún pronunciamiento al respecto.
Mujeres cuestionaron a Petro
Aunque el Pacto Histórico –la coalición de Gustavo Petro– se autodenomina “progresista” y dice implementar acciones transparentes y no politiqueras, se cuestionó la posible falta de protagonismo de algunas mujeres y el hecho de tener una lista cerrada, mecanismo que le da más posibilidades de conseguir una curul a los candidatos que tienen los primeros lugares del listado.
El pasado domingo, Ángela María Robledo (exfórmula vicepresidencial de Petro) le reclamó al senador de la Colombia Humana la exclusión de las listas de Sara Tufano, Juana Afanador e Imelda Daza, y sumado a estos reclamos la asociación Madres de Falsos Positivos de Colombia (Mafapo) aseguró que fueron “burladas y utilizadas” al no ser tenidas en cuenta en la conformación de listas del Pacto Histórico.
Una de las que más cuestionó fue la líder feminista Tufano, quien renunció a esa coalición el 10 de diciembre y pidió que su nombre fuera retirado de la lista al Senado, ya que esta sería divulgada sin dar a conocer los mecanismos y criterios para la conformación. “Nadie puede cuestionar a Petro porque es visto como un enemigo o como un infiltrado del uribismo”, expuso.
Estos cuestionamientos de las mujeres contra Petro nacieron en la campaña a la Alcaldía de Bogotá de 2019, en la que el Senador respaldó a Holman Morris, aunque le pidieron que no lo avalara ni apoyara porque había acusaciones en su contra por supuesta violencia intrafamiliar.
A estas críticas respondió el senador Gustavo Bolívar, quien planteó que la conformación era una tarea compleja que no estaba solo en manos de Petro y defendió que aunque la lista al Senado es cerrada, es en cremallera (que alterna entre candidato hombre y mujer por puesto en el listado). No obstante, casualmente fue Bolívar quien resultó premiado con la cabeza de lista del Pacto Histórico.
Por su parte, la asociación Madres de Falsos Positivos de Colombia cuestionó que esta coalición no respondió a su solicitud para estar en sus listas al Congreso. “Qué tristeza que ni siquiera tuvieron la delicadeza de contestarnos y decir que no había espacio para nosotras”, señalaron.
Esta negativa y falta de respuesta no fue igual con Álex Flórez –cuota del alcalde Daniel Quintero–, quien aterrizó en el puesto 11 de la lista al Senado del Pacto Histórico, a pesar de que se hizo elegir como concejal de Medellín en 2019, estando inhabilitado.
División en el liberalismo
En el Partido Liberal se mantuvo la seguidilla de peleas, después de que su director, el expresidente César Gaviria, se negara a implementar un proceso de selección de candidato presidencial –se limitó a convocar a una convención en enero– y tras darle aval al polémico José ‘Joche’ Tous, quien fue la fórmula a la Cámara en 2014 del condenado Bernado Miguel ‘Ñoño’ Elías.
Dos senadores que se bajaron del bus liberal para 2022 fueron Luis Fernando Velasco (74.265 votos en 2018) y Horacio José Serpa (91.407 votos en 2018). El más reciente fue este último, quien planteó que en el partido lo único que hay ”es maltrato permanente para los no gaviristas, no hay garantías, existe una persecución. Hicieron trizas el partido y el disenso y por eso con toda razón dicen que hay más liberalismo que partido” señaló.
Ruptura en los verdes
La Alianza Verde parece que se quedará sin otro de sus alfiles en 2022. Además de perder el poder electoral de Antanas Mockus (540.783 votos en 2018), la senadora Angélica Lozano (105.700 votos en 2018) renunció el pasado sábado ante las presiones ejercidas por un sector petrista –en particular por el representante a la Cámara, Inti Asprilla– para que el partido tuviese listas independientes por fuera de la Coalición Centro Esperanza.
“La renuncia de Lozano se da cuando varios dijimos que la lista al Senado no se puede llamar como la Coalición Centro Esperanza”, cuestionó el representante, quien se negó a pedirle a la senadora que reconsiderara su decisión.
Tras el revuelo que causó la renuncia de Lozano, el partido le pidió el domingo pasado que reconsiderara su renuncia, pero no lograron convencerla de poner su nombre en la lista al Senado, que finalmente se integró a la lista de la renombrada coalición de Sergio Fajardo, que pasó a llamarse Coalición Alianza Verde y Centro Esperanza. A pesar de su negativa, Asprilla estará en la lista de esa alianza y le dieron el último puesto, el 100.
Algunas de estas heridas que expuso la recta final de la conformación de listas podrían subsanarse máximo hasta el 20 de diciembre (ver Para saber más), pues esa será la fecha definitiva en la que los partidos y coaliciones podrán hacer ajustes a sus listas a Senado y Cámara