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¿Podría el virus callar las armas?

La ONU pidió suspender los enfrentamientos militares. Países dan ejemplo de voluntad.

  • ilustración Morphart
    ilustración Morphart

Las balas que desde sus fusiles disparaba la guerrilla Nuevo Ejército del Pueblo (Nep), hoy ya no resuenan en ningún rincón de Filipinas. Su líder, Jose Maria Sison, fundador del Partido Comunista en ese país ordenó un alto el fuego unilateral a sus tropas a partir de este miércoles.

Esa agrupación armada, considerada por la Unión Europea y Estados Unidos como grupo terrorista, que fue creada en 1969 bajo las premisas de oponerse al gobierno y a cualquier intervención norteamericana en territorio filipino, bajará sus armas en respuesta a la petición del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, de zanjar los conflictos bélicos para que la humanidad pueda dedicarse a defenderse de la pandemia de Covid-19.

“La furia del coronavirus revela claramente que la guerra es una locura. Hoy estoy haciendo un llamado a un alto el fuego inmediato y global en todos los rincones del mundo. Cesen las hostilidades. Dejen de lado la desconfianza y la animosidad. Silencien las armas, detengan la artillería, pongan fin a los ataques aéreos. Es crucial que lo hagan”, fue la petición de Guterres en una rueda de prensa el lunes pasado.

De hecho, ya los primeros casos de Covid-19 se han reportado en zonas de confrontaciones tan duras como Siria, Afganistán y la República Democrática del Congo, países con economías fracturadas por la violencia y con sistemas de salud precarios o volcados a atender a los heridos en combates.

“Pongamos fin al flagelo de la guerra y combatamos la enfermedad que está devastando nuestro mundo. Esto empieza por detener la lucha en todas partes. Ahora”, concluyó el secretario de la ONU.

El caso filipino

Ya el presidente de Filipinas, se había adelantado a la petición de Guterres y había declarado la semana pasada un cese unilateral en la persecución contra el Nep, para que el Ejército pudiera dedicarse a labores de respuesta a la crisis del coronavirus. En ese momento, Sison había rechazado el gesto del mandatario por considerarlo “una trampa para violar los derechos humanos”. Pero tras la petición de la ONU, el cabecilla concretó la orden de silenciar las armas.

Paralelamente, el Congreso de Filipinas aprobó este martes una ley que además de declarar la emergencia sanitaria en ese país, deja a Duterte con “superpoderes”, tanto para aprobar normas sin que tengan que hacer trámite legislativo, como para intervenir o nacionalizar compañías privadas.

Y aunque, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, en ese país se han confirmado a la fecha 501 casos de contagio de coronavirus y 33 muertes, lo que requiere que el Ejecutivo tome medidas efectivas de contención del brote, la ley que faculta a Duterte ha sido fuertemente criticada por la oposición y las organizaciones defensoras de Derechos Humanos, que lo ven como una puerta abierta para que el mandatario tome decisiones unilaterales, según reportó la Agencia EFE.

El virus no discrimina

De acuerdo con la ONU, la pandemia del coronavirus “afecta especialmente a los países asolados por conflictos, donde hay un colapso de los sistemas sanitarios, y especialmente perjudica a los refugiados y a las personas desplazadas quienes son, en palabras de Guterres, ‘doblemente vulnerables’”.

Pero, ¿qué tan cerca está el mundo de alcanzar un panorama más pacífico a raiz de la crisis? El investigador asociado en Problemas Políticos e Internacionales de la Universidad Externado, Rafael Piñeros, considera que si bien “usualmente una situación como ésta motiva el llamado natural de los líderes políticos a detener las hostilidades”, solamente “las soluciones a las causas profundas de los conflictos, lo que facilita usualmente superarlos y el coronavirus, aunque nos toca a todos, no ha sido causa de disputas”.

El experto señala que el llamado al cese “es lógico y es positivo”, pero que “los mecanismos de cooperación o del cese de los enfrentamientos militares, no necesariamente nos van a llevar a un mundo más pacífico. Por el contrario, pueden surgir tensiones antes no contempladas, por la escasez de alimentos, de medicamentos o pruebas para diagnosticar la enfermedad”.

501
casos de Covid-19 se han encontrado en Filipinas, país en el que se decretó la tregua.
Sergio Andrés Correa

Tengo la maleta siempre hecha y mi brújula, que por lo general apunta al sur, me trajo al periodismo para aclarar mi voz. Busco la pluralidad y no le temo a la diferencia.

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