Las listas de candidatos al Congreso que presentaron los partidos políticos siguieron con la dañina tradición de arrastrar a personajes controvertidos. De cara a las próximas elecciones, varias colectividades enlistaron ante la Registraduría a aspirantes que despiertan polémica debido a sus antecedentes, procesos judiciales, cuestionados vínculos familiares o por tratarse de una búsqueda por tener una curul en cuerpo ajeno.
A propósito de esta situación, la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) hizo una investigación a través de su área de Democracia y Gobernabilidad, en la que determinó que en las listas aparecen inscritos 50 candidatos cuestionados que quieren llegar al Senado y otros 58 a la Cámara.
EL COLOMBIANO, por su parte, recopiló algunas de las candidaturas a Senado y Cámara que sobresalen por impresentables, ya que fueron aprobadas en los partidos que –al parecer sin memoria– decidieron entregar avales sin poner reparo alguno a sus cuestionadas hojas de vida.
Polémicos herederos
Aunque el Partido de la U –dirigido por Dilian Francisca Toro– renovó su logo y estatutos, y hasta se autodenomina “de centro”, parece que no cambió la vieja práctica electoral de avalar a políticos cuestionados por la cercanía familiar con actos de corrupción.
Por ello, no tuvo reparo alguno en aceptar en sus listas al Senado a Julio Alberto Elías Vidal, cuota política de su hermano Bernardo Miguel ‘Ñoño’ Elías Vidal, condenado a 8 años de cárcel por estar involucrado dentro del escándalo de corrupción de Odebrecht.
Además, esta colectividad enlistó a John Moisés Besaile Fayad, quien es hermano del exsenador Musa Besaile, actualmente procesado por parapolítica en Córdoba –fortín de su clan político– y por hacer parte del ‘Cartel de la Toga’.
Esta no es una estrategia electoral exclusiva de La U, pues en el Partido Liberal, cuyo director es César Gaviria, se permitió la llegada de Claudia Pérez Giraldo, ficha del exsenador Eduardo Pulgar –condenado a 4 años y 10 meses de prisión por cohecho y tráfico de influencias–, para mantener su curul en cuerpo ajeno, ya que Pérez Giraldo es cuñada del excongresista, pues su esposo es Fredy Pulgar (hermano de Eduardo).
En las toldas liberales también aterrizó Carlos Rojano Llinás, quien apareció en el fallo condenatorio de 15 años de cárcel contra Aída Merlano, porcesada por corrupción al sufragante para las elecciones al Senado en 2018. Según informes de la Policía Judicial, la estructura de compra de votos en la que estaba Merlano permitió que Rojano Llinás –cercano a Roberto Gerlein y la Casa Char– fuera elegido concejal de Barranquilla.
Y hablando de la familia con más poder electoral en la región Caribe, su principal cuota seguirá siendo Arturo Char, quien tiene una indagación preliminar en la Corte Suprema de Justicia por presunta corrupción electoral, en el caso “Casa Blanca”, lugar donde Merlano coordinaba su entramado de compra de votos.