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No fue fácil decidir el mecanismo para que la coalición de centro derecha escogiera el candidato a la presidencia entre Iván Duque, del Centro Democrático, y los aspirantes por firmas Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez. Finalmente, escogieron la consulta, que puede dejar al uribismo puro sin candidato y la ya reconocida frase de “el que diga Uribe” sin vigencia alguna.
El escenario lo explica, Alicia Peñaranda, investigadora del Centro de Análisis Político de Eafit, quien dice que “acá tenemos una consulta de tres sectores que quieren sacar un candidato. Esta es un coalición con dos candidatos fuertes, Ramírez y Duque. Ella ya se hizo medir en las urnas y seguramente buena parte de la militancia del Partido Conservador la va acompañar. Duque viene de un proceso interno importante en el que fue elegido como el mejor”.
Esa cerrada disputa la vieron venir en el Centro Democrático, por eso, su veedora, Mary Becerra, emitió una directriz en la que señala que los miembros de la colectividad están obligados a votar por Iván Duque, de lo contrario, estarían incursos en doble militancia, incluso, advierten que estarán observado las redes sociales y medios de comunicación para evitar que se den apoyos por un candidato diferente.
Es una historia que ya conoce el expresidente Álvaro Uribe y que en su partido no quieren repetir. Hace ocho años, el exministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias (hoy en Estados Unidos a la espera de extradición a Colombia por una condena por irregularidades en el programa Agro Ingreso Seguro) era la carta del exmandatario. En esa consulta, del Partido Conservador, lo enfrentó a Noemí Sanín quien ganó con 1.118.000 votos, frente a 1.080.000 de Arias. La diferencia fue de menos de 30 mil votos.
La lección, parece, no quedó aprendida. En esa ocasión, con la intención de frenar al candidato de Uribe, salieron de diferentes sectores políticos ajenos al Partido Conservador a votar por Sanín, la consigna era una sola, sacar del camino a Andrés Felipe Arias. Prueba de esto fue el resultado del 30 de mayo de 2010, en la primera vuelta de las presidenciales, Sanín solo llegó a 890 mil votos, muchos menos de los recibidos en la consulta.
Con Arias derrotado a Uribe no le quedó más remedio que apoyar a Juan Manuel Santos y, rápidamente, ante profundas diferencias con su forma de gobernar, Uribe se convirtió en el más férreo opositor.
La consulta para Duque no será fácil, pero para Juan David García, docente de Ciencia Política de la U. Bolivariana “por ahora es complicado, pero recuerde que en 2002 Uribe ni parecía en las encuestas y finalmente ganó en primera vuelta. Le veo más opciones de llegar a la presidencia a Duque, si gana la consulta, que a Ordóñez y Ramírez”.
Confirmada la elección de marzo, Marta Lucía Ramírez cuenta con mayor respaldo en las encuestas, su imagen es favorable y conocida en el país. Pero hay un ingrediente adicional, el Consejo Nacional Electoral le negó al Partido Conservador la posibilidad de un consulta para escoger candidato, por lo que resulta un hecho que un grupo de congresistas del partido, los denominados “no enmermelados”, que apoyaron a Ramírez en su candidatura de 2014 contra Santos, le den un apoyo suficiente para ganar.
El tercero en la baraja es el exprocurador Alejandro Ordóñez, quien no se puede desestimar. Cuenta con un respaldo más radical, catapultado por las iglesias católicas y cristianas que, sin duda, fueron un factor determinante en el triunfo del No en la votación del plebiscito, no en vano su candidato a la vicepresidencia es David Name Orozco, miembro de la Mesa de Unidad Nacional Cristiana quien lidera el Ministerio Profético Dunamis, en Barranquilla. Además, es miembro de la casa Name, uno de los sectores políticos más poderosos y tradicionales del Atlántico.
Pero Duque no la tiene perdida, de la mano de Uribe, tal como lo hizo hace cuatro años el entonces poco conocido Óscar Iván Zuluaga, ha venido creciendo en las encuestas y en reconocimiento. Es el único candidato que cuenta con una bancada de 19 senadores y 23 representantes a la Cámara obligados a hacer campaña para mantener su curul ahora que la lista es abierta. Esos parlamentarios son los multiplicadores de la aspiración del Centro Democrático. No obstante, un sector en el uribismo que no lo respalda y que incluso ya están con Ramírez.
En el Centro Democrático ya advirtieron que la historia de hace ocho años se puede repetir. Duque sigue aferrado al apoyo de su jefe natural el expresidente Uribe y la bancada del partido.
Ramírez está en campaña, es la candidata con mayor reconocimiento, se ha hecho contar y le ha ido bien, es la que menos rechazo genera incluso en sectores ajenos a la coalición y ahora tendría el apoyo de un sector del conservatismo.
Ordóñez, quien logró entrar a última hora en la colación tiene un respaldo que ya mostró que puede desequilibrar la balanza. La última palabra la dictarán las urnas el 11 de marzo.
Macroeditor de Actualidad