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Cada vez es más latente la posibilidad de que se bajen de la contienda electoral dos de los ocho candidatos presidenciales que figuran en el tarjetón. Y si bien buscarían cabida en otras fuerzas políticas para no desaparecer del todo en la campaña, parte de la motivación para dar el paso al costado sería económica.
En efecto, tanto Íngrid Betancourt –de Oxígeno Verde– como Luis Pérez –de Colombia Piensa en Grande– han expresado públicamente que han evaluado la posibilidad de bajarse del bus presidencial. Incluso, han lanzado ‘coqueteos’ a los sectores en los que quisieran estar.
A esto, además, se le debe sumar que ambos no logran ni siquiera el 2 por ciento en las encuestas de intención de voto, por lo que no tienen ninguna posibilidad real de llegar a la Casa de Nariño.
Por un lado, Betancourt aseguró que los candidatos –como lo es ella– deben “saberse retirar” para intentar buscar unidad, y le lanzó un ramo de olivo al candidato de Centro Esperanza, Sergio Fajardo.
“Hay que estar generosos por Colombia y saberse retirar en el momento en que haya necesidad, si eso puede contribuir a que Colombia tenga una opción diferente, que nos permita salir realmente de una votación entre el miedo y el odio”, le dijo a Blu. Y luego, este martes, ratificó desde Medellín que el centro debería unirse.
Lo que la aspirante no mide es que cuando hizo parte de la Centro Esperanza, antes de la consulta del 13 de marzo, le dio un portazo a esa coalición y los acusó de aliarse con sectores presuntamente corruptos.
¿Resultado? Fajardo le dijo este martes que una relación con ella, como mínimo, “es difícil”: “No he conversado nada con Íngrid, ha sido una relación difícil; cuando ella hacía parte de la coalición Centro Esperanza, fue la vocera del cónclave que se hizo, pero después decidió que se retiraba, eso significó que Humberto de la Calle y Daniel Carvalho, que están con nosotros, no pueden participar en política porque ella se fue con su partido”. Ahora es él quien le cierra a ella la puerta.
Y, por otro lado, Luis Pérez no solo no despega en las encuestas, sino que ante la inviabilidad de su aspiración ya reconoció públicamente que analiza en dar un paso al costado.
Pero su decisión no solo sería política, sino que tendría motivaciones judiciales porque el excapo del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga –alias Otoniel–, lo señaló directamente de haber tenido relaciones ilícitas con su agrupación criminal y con la del extraditado Henry de Jesús López, conocido como “Mi Sangre”.
Además, tal y como lo reveló EL COLOMBIANO, Luis Carlos Piedrahita reconoció en un video que la Corporación Democracia –antigua interlocutora de exparamilitares en Medellín– constriñó a electores para que votara por Pérez a la Alcaldía de Medellín en las elecciones de 2007, por orden de Diego Murillo Bejarano, alias don Berna, exjefe del Bloque Cacique Nutibara.
Esos hechos derivaron en una compulsa de copias para que la Fiscalía lo investigue y, según fuentes judiciales, el expediente ya está a punto de abrirse formalmente.
Y aunque personas cercanas a Pérez y desde la campaña de Gustavo Petro han sido herméticos, este diario tiene información en el sentido de que su retiro de la campaña implicaría irse de frente con la aspiración presidencial del Pacto Histórico.
Además, existe el antecedente de que ya han dialogado en el pasado buscando puentes para intentar unirse. Pero el mismo Pérez le dijo a Noticias RCN que ha mirado otros nombres –Fajardo y Rodolfo Hernández– para unirse si al final termina retirándose.
“La unión es posible, pero obviamente hay que deponer egos y hay que estar generosos por Colombia (...) Aquí, de tres, dos tenemos que renunciar. Yo estaría dispuesto a hacerlo con tal de darle una opción a Colombia (...) Yo no soy de los que estorbo”, dijo Pérez.
En todo caso, la decisión que tomen debe ser pronta.