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La entrega en secreto de las firmas de Gómez

El precandidado, en su estrategia de precampaña, decidió no hacer pública la entrega de los apoyos a la registraduría.

  • El precandidato a la Alcaldía de Medellín por el movimiento “Seguimos Contando Con Vos”, Santiago Gómez. FOTO cortesía
    El precandidato a la Alcaldía de Medellín por el movimiento “Seguimos Contando Con Vos”, Santiago Gómez. FOTO cortesía
  • La entrega en secreto de las firmas de Gómez
  • La entrega en secreto de las firmas de Gómez
01 de julio de 2019
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El exsecretario de Gobierno y precandidato a la Alcaldía de Medellín por el movimiento Seguimos Contando Con Vos, Santiago Gómez –quien se ha publicitado como el sucesor del actual mandatario, Federico Gutiérrez negó a EL COLOMBIANO haber entregado sus firmas a la Registraduría. No es un hecho ilegal, pero sí un asunto de transparencia.

Lo que ocurrió fue lo siguiente: el martes, 25 de junio, y el miércoles, 26 de junio, EL COLOMBIANO le consultó a Gómez si había entregado firmas a la Registraduría para obtener el aval o si las entregaría en esa semana. El precandidato respondió: “No, lo haré durante la semana”, y afirmó que estaba definiendo la fecha para convocar rueda de prensa.

En consecuencia, en la nota del viernes, 28 de junio, titulada “Aspirantes por firmas, con poca claridad en las cuentas”, publicamos que no las había entregado.

Ante algunas denuncias, que llegaron a EL COLOMBIANO, decidimos confirmar con la Registraduría de Medellín y encontramos que el precandidato había entregado las firmas el lunes, 10 de junio (18 días antes de la publicación de nuestra nota), las cuales ya fueron enviadas a Bogotá para su certificación.

Ante esta información oficial, contactamos nuevamente a Gómez y nos indicó que no hacer el hecho público, por ahora, era parte de su estrategia electoral, pues aún no tiene el aval asegurado (las firmas están en revisión). Su idea era anunciarlo el 20 de junio, fecha en la que, según pensó, ya tendría la certificación de la Registraduría. Ese día también se quería inscribir como candidato. No obstante, el documento no ha llegado y el aspirante no ha anunciado su candidatura.

“Consideramos que lo importante es ser candidato y no entregar las firmas, nosotros no pensamos en mentir o hacer algo ilegal, simplemente dijimos que haríamos una rueda de prensa cuando llegue el certificado, que es realmente lo importante”, dijo Gómez.

Reveló que recogió 222.000 firmas, del 2 de mayo al 4 de junio. Hasta el momento no tiene claro “cuantas buenas hay, espero que estén las 50.000. Queríamos entregar otras que nos llegaron luego de voluntarios, pero era complejo el papeleo. Le insisto, la idea era anunciar el certificado de firmas, pero no ha llegado”.

Frente a nuestra consulta con relación a la transparencia de la información que le solicitamos, Gómez reconoció su error y se disculpó: “De verdad debí contarles”.

¿Estrategia de publicidad?

La fórmula de no hacer pública la entrega de firmas, que no ha sido usual en otros casos (ver recuadro), podría entenderse, conforme al docente de derecho electoral de la universidad del externado, Pedro Pablo Vanegas, como una práctica en la que incurren muchos grupos significativos de ciudadanos, para que la publicidad política (vallas y pasacalles) tengan exposición por más tiempo del legalmente permitido. Ya que como lo estipula la Ley 130 de 1994, en el artículo 24, y la Ley 1475 de 2011, en el 35, únicamente se puede hacer publicidad electoral en el exterior hasta 3 meses antes de la votación, es decir, desde el 27 de julio.

El docente indicó “si la precampaña tenía como objetivo la recolección de firmas y esta ya se agotó –tan cierto es que ya se entregaron– debería desmontar todo lo que tenía para publicitar la recolección. Muchos candidatos dejan las vallas puestas para mantener la presencia, la exposición del candidato”.

En el mismo sentido, el docente de derecho electoral de la Universidad del Rosario, Sebastián Méndez, interpreta que al entregar las firmas los grupos “deben retirar la publicidad, de lo contrario, se expondrían a una sanción”. De la cual es competente el CNE y podría ser entre 2 y 20 millones de pesos, según indicó Ley 130 de 1994 en el artículo 39. Además, añade que “mantener las vallas es tener una ventaja en exposición sobre los otros”.

Santiago Gómez interpreta la situación de otra manera. Afirmó que a pesar de entregar las firmas no tiene que retirar la propaganda porque aún no cuenta con la certificación oficial de la Registraduría, que no le ha confirmado que logró las 50.000 válidas para tener la credencial e inscribirse como candidato. Por eso, las mantiene. En caso de no lograr las firmas requeridas, tendría que recoger más.

Ahora, más allá de las interpretaciones, según Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral, MOE, todo precandidato “tiene que rendir cuentas a la ciudadanía y una de las formas de hacerlo es contestarle con claridad a los medios de comunicación”

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