Aún se sienten los efectos de la decisión de la representante de la coalición Decentes, María José Pizarro, quien en la mañana del miércoles levantó la sesión de la Cámara de Representantes, argumentando que faltaba quorum para decidir.
Su anuncio despertó el alboroto en la Cámara, pues la votación de la reforma tributaria quedó aplazada. Pizarro, segunda vicepresidenta de la Cámara, justificó la medida señalando que, siendo las 11:05 de la mañana, había pasado una hora desde la apertura de la plenaria y los congresistas no llegaban.
Su decisión obligó al Gobierno a alargar las sesiones extraordinarias para que la tributaria, aprobada en la noche del miércoles en el Senado, se discuta en la Cámara entre viernes y lunes.
Lea también: Novelón en la Cámara alarga las sesiones extraordinarias hasta el próximo lunes
Algunos congresistas han criticado la postura de Pizarro, calificándola como una jugada para demorar el trámite de la Tributaria. La representante, respaldada por la oposición, argumenta que tenía la potestad para tomar esa medida y que los que deberían ser cuestionados son los congresistas que llegaron tarde.
EL COLOMBIANO habló con Pizarro para preguntarle sobre lo que pasó:
Justo antes de levantar la sesión se le acercó el representante Fabián Díaz, ¿fue una decisión coordinada de la oposición?
“Fue una decisión que se toma porque varios representantes me decían que qué pasaba, que por qué no iniciaba la sesión. Yo les respondía que no había quorum decisorio. Ya me lo habían dicho varios y por eso se tomó la decisión, pero no hubo ningún tipo de triquiñuela. Yo envié a mi asesora a preguntar si estarían de acuerdo con que levantara la sesión, pero porque había ya obviamente una previa solicitud. El representante Germán Navas y el mismo representante Alejandro Chacón me habían dicho que por qué no iniciábamos”.
¿El presidente de la Cámara Carlos Cuenca no llegó puntual?
“Sí, él llegó temprano, un par de minutos antes que yo, cuando entré al recinto a las 10 am. Él abrió el registro conmigo allí y luego se fue a una reunión, o no sé a qué”.
Cuando usted levanta la sesión, el secretario de la Cámara le dijo algo que no queda en los micrófonos, ¿qué fue?
“Que no podía levantar la sesión. Yo quedé bastante sorprendida y hasta indignada, porque yo era la persona que estaba presidiendo. El secretario es solo un notario de mis decisiones. En el momento en el que dije se levanta la sesión debieron cerrar el registro como sucede siempre. No me hicieron caso. Actuaron por encima de mí. Eso es absolutamente irrespetuoso. De hecho el secretario estaba bravo, manoteó, pero su papel no es indignarse”.
¿Es cierto que no hubo una verificación previa del quorum antes de levantar la sesión?
“He estado en varias sesiones desde que me posesioné, y generalmente no se levanta la sesión previa solicitud de verificación del quorum, es más, el presidente toma esa decisión y es su potestad, así lo establece la ley quinta del Congreso”.
¿Su decisión es comparable con la llamada “jugadita” que hizo el senador Ernesto Macías a mitad de año?
“Primero Macías actuó fuera del marco legal, porque el presidente tenía que escuchar, según establece el Estatuto de la Oposición, el discurso de la oposición. Lo que hizo fue retirar al presidente y armar un desorden cuando empezaba a intervenir el senador Jorge Enrique Robledo. Yo actué en el marco de la ley. Esta establece que puedo levantar la sesión si estoy presidiéndola bajo los criterios que considere. Es más, fui bastante generosa en haber expuesto una explicación. No tendría por qué haberlo hecho”.
¿Había un interés político?
“No hay ningún interés político. Ellos llegan tarde hasta para derrotarnos a nosotros. Yo estaba votando en contra de la tributaria, era la que menos interés tenía, y ahí estuve a la hora. Los que no estaban eran ellos. Así que no me pueden tildar de jugadita de ningún tipo”.
¿Pero había un interés de resistir, legalmente, la aprobación de una reforma que no respaldan?
“Igual la iban aprobar, hubiese o no hubiese levantado. Ayer se aprobó en senado y tendrá que continuar la decisión el viernes en la Cámara, tal y como lo establece la ley. Hoy se citará para leer el proyecto de ley y me caerán en gavilla todos los representantes. Yo tendré que asumir con toda la entereza el costo de mis decisiones. Las asumo sin problema”.
Algunos representantes han hablado de iniciar un proceso disciplinario, ¿qué piensa al respecto?
“Que hagan lo que consideren que es oportuno. Tienen todo el derecho a presentar las quejas, ya veremos si el comité de ética y la Procuraduría consideran que me extralimité en mis funciones. Ahora, ellos han sentado un precedente nefasto. Por un lado, varios de los representantes, incluido el presidente de la Comisión de Ética, se expresó de manera negativa. Tomó partido en contra, por lo tanto ya está recusado. Por otro lado, sentaron un presidente nefasto: la apelación no me la hicieron a mí, se la hicieron a Cuenca varios minutos después de levantada la sesión. Además, sientan el precedente de que las decisiones que tome el presidente cualquiera puede cuestionarlas. Vamos a ver si son tan garantes cuando seamos nosotros los que cuestionemos esas decisiones de levantar la sesión”.