La crisis en la Coalición Centro Esperanza continuó este sábado, pues a mediodía se cumple el plazo del ultimátum que impuso Íngrid Betancourt a los integrantes de la alianza de centro. Todo indica que Alejandro Gaviria, por quien empezó la polémica, no dará el brazo a torcer.
En un trino, el exrector de los Andes se refirió a la condición impuesta por Betancourt sobre rechazar todas las alianzas con maquinarias políticas, teniendo en cuenta que él aceptó los apoyos de políticos tradicionales como Germán Varón Cotrino y Miguel Ángel Pinto.
“Yo creo en la política que une”, publicó, pidiendo “no más #ultimátum”.
Otro de los miembros de la Coalición, Jorge Enrique Robledo, apoyó a Betancourt, cuestionando las alianzas de Gaviria con políticos que han apoyado al Gobierno actual, añadiendo polémica a la ya tensa situación en la unión –que ya parece todo menos eso– de centro.
Y es que la génesis de la discusión aireada desde el pasado 25 de enero en el debate de Semana y El Tiempo, cuando Betancourt le manifestó públicamente a Gaviria “preocupación” por sus alianzas políticas. El exministro de Salud la llamó hipócrita y oportunista, sacando a la luz los problemas de la coalición ante miles de personas que veían el debate.
Es evidente la crisis en la colectividad. Por su parte, en entrevista con EL COLOMBIANO, el candidato Sergio Fajardo, cuestionó la manera en que se han venido desarrollando las cosas, y las acciones de Gaviria y Betancourt: “Yo creo que estas discusiones no pueden ser públicas y la acción de Íngrid Betancourt de dar un ultimátum de que tenemos que tomar una decisión en cierto momento y bajo unas circunstancias, no ayuda a la solución de una discusión que tenemos nosotros y la tenemos que dar internamente”, sostuvo.
Además, aseguró que “la manera como Alejandro Gaviria le respondió a ella, la forma en que se ha dado todo, no es sano, no nos luce, no es una forma de comportarse en términos públicos ante una sociedad. Yo espero que seamos capaces de entendernos, discutir, eso es legítimo, eso no es para asustarse nunca y que seamos capaces de preservar el valor de la coalición y no profundizar o eventualmente llegar a una división. Yo creo que la lucha contra el clientelismo es fundamental en Colombia, no se le puede bajar la intensidad a la política que hace de la política un negocio”.
No hay claridad sobre el rumbo que tomará la coalición, pero todo indica que se acerca una implosión.