Análisis
“Que todo cambie para que todo siga igual”
david suárez tamayo
Profesor de Derecho Administrativo Universidad Eafit
El pasado 1 de Julio se promulgó el Acto legislativo 02 de 2015, conocido como reforma de equilibrio de poderes y de la administración de justicia. Se ajustan 40 reformas constitucionales en los primeros 24 años de vigencia de la Constitución de 1991. No sobra recordar que la de 1886, tuvo en 105 años de vigencia, 67 reformas. Denota ello, que los colombianos seguimos depositando demasiada responsabilidades en la Constitución, rindiendo un culto excesivo al fetichismo jurídico, con pírricos resultados. Uno de los puntos abordados por la reforma es el de la administración de justicia. Se suprime el Consejo Superior de la Judicatura, y se crean: Consejo de Gobierno Judicial, Gerencia de la Rama Judicial, Comisión de Carrera Judicial, Comisión de Aforados y Comisión Nacional de Disciplina Judicial. Se suprimen 2 salas, y se crean 5 instancias nuevas, y se pasa de 13 magistrados a 16 cargos del mismo nivel. El artículo 18 (transitorio) señala que el Gobierno deberá presentar antes del 1 de octubre de 2015 un proyecto de ley estatutaria para regular ese nuevo andamiaje de la administración judicial. Debe advertirse que la aprobación de leyes estatutarias requiere mayorías absolutas, y una vez aprobada exige control previo y automático de la Corte Constitucional. Se podría estar hablando de unos 15-18 meses para tener la carta de navegación de la nueva estructura de la rama judicial. Eso sin contar que se vienen múltiples demandas contra el Acto Legislativo recién aprobado, anunciadas ya por el Fiscal General, Corte Suprema de Justicia, Consejeros de Estado y Consejo Superior de la Judicatura. Antes de 2 años no sabremos a ciencia cierta si se mejoró algo, o si como en El gatopardo, del Príncipe de Lampedusa, Giuseppe Tomasi “que todo cambie, para que todo siga igual”. Lo triste es que temas como acceso a la justicia, congestión, morosidad, impunidad, esos sí verdaderos problemas, no fueron materia de la reforma, ni seguramente lo serán de la nueva ley estatutaria.