Del exfiscal Eduardo Montealegre era pública su oposición al mecanismo del plebiscito refrendatorio. Lo consideraba innecesario, pues el presidente Juan Manuel Santos está facultado por la Constitución para buscar y firmar acuerdos que conduzcan a la paz. Incluso, su pupilo, el fiscal (e) Jorge Perdomo, mantuvo esa postura en la audiencia pública del plebiscito en la Corte Constitucional.
Pero los cuestionamientos que Montealegre hizo el pasado viernes contra los diálogos de La Habana y el calificativo de “nueva mermelada” que usó para referirse al plebiscito, dejaron un sinsabor entre sectores afectos al proceso.
“Juan Manuel Santos no es el dueño de la paz, ni Sergio Jaramillo, ni Humberto de la Calle, futuro precandidato del Partido Liberal (...) la paz nos pertenece a todos los colombianos. Como ciudadano seguiré hablando de la paz gústele, o no, al Gobierno nacional”, ripostó Montealegre, a quien este diario intentó ayer consultar al respecto.
Entre tanto, Luis Fernando Álvarez, expresidente del Consejo de Estado, expresó que desde lo jurídico las declaraciones de Montealegre no tienen mucho fundamento, pero sí poseen un trasfondo político: en lugar de ataque podría ser un escudo de autodefensa para el Gobierno.
“Es cierto que el plebiscito no es necesario: el mismo presidente lo ha dicho, pero lo necesita por apoyo popular; aunque como está concebido, va en contra de las figuras de participación ciudadana que establece la Constitución. Es posible que el exfiscal haya reflexionado y advertido una inconstitucionalidad”.
Pero lo que más le llamó la atención a Álvarez es que Montealegre pudo considerar que no es conveniente para el Gobierno un plebiscito, porque podría ganar el ‘No’ y eso implicaría replantear cosas. Y esto, dadas las condiciones actuales de desfavorabilidad del presidente y de lo que está ocurriendo con la recolección del firmas dela oposición.