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El embarazo supone un mayor trabajo para el corazón. Así de claro lo expone el jefe de Cardiología del Hospital San Vicente Fundación, Fernando Fortich.
Lo dicen, también, las cifras: entre el 0,2 y el 4 por ciento de todos los embarazos en los países industrializados occidentales se complican por enfermedades cardiovasculares. Así lo señala un artículo publicado en la Revista Española de Cardiología.
¿Por qué? Explica Fortich que “la cantidad de sangre que circula por el organismo aumenta en un 50 por ciento en las mujeres embarazadas, con consecuencias en la presión arterial y en la frecuencia cardíaca. Es mayor el esfuerzo que tiene que hacer este órgano para bombear sangre”.
Señala esta publicación española, también, que “los trastornos hipertensivos son los episodios cardiovasculares más frecuentes durante el embarazo, y ocurren entre un 6 y un 8 por ciento”.
Para el especialista, es vital que, cuando una mujer toma la decisión de embarazarse, “se haga un chequeo que incluya una valoración del estado del corazón. Enfermedades como la hipertensión o los problemas eléctricos (arritmias o taquicardias) pueden generar un riesgo extra para la madre gestante si no son controladas debidamente. El embarazo, además, puede desenmascarar problemas congénitos del corazón”.
La mejor forma de cuidar la salud cardiovascular de la mujer en embarazo es un correcto control de las condiciones existentes, como diabetes, hipertensión o los antecedes familiares de enfermedad cardiaca.
“Una mujer en embarazo debe asistir a los controles prenatales, no solo por la salud y el desarrollo del feto, sino de ella misma, también” y prestarle mucha atención a su propio corazón.
Lector. Sabinero. Adicto a Quino. Como dijo Cortázar: “Si te caes te levanto, y si no puedo, me tumbo a tu lado”.