La muerte le llegó a “Tuvia” cuando el ELN planeaba su traslado a Venezuela, al parecer con miras a incorporarlo a su nómina de los diálogos de paz con el Gobierno.
Esta información, proveniente de la Inteligencia Militar, refleja la importancia que tenía para esa organización guerrillera este cabecilla, cercano a la Dirección Nacional y comandante del frente de guerra Darío Ramírez Castro (Fgdrc), con influencia en el Norte y Nordeste de Antioquia, Bajo Cauca, sur de Bolívar y Magdalena Medio.
Aunque llevaba 25 años en la estructura, su identidad era un misterio para las autoridades, por lo que un juzgado le había emitido una orden de captura apenas con la reseña de sus alias: “Tuvia”, “Tobías” o “Aureliano”.
De lo que sí estaban seguros los militares y policías que lo perseguían era de su odio por la Fuerza Pública, pues entre 2018 y 2021 le contabilizaron la ejecución de seis ataques que dejaron un soldado muerto y cinco heridos en Remedios, Antioquia.
En este municipio del Nordeste tuvo su base de operaciones por varios años, puntualmente en la vereda Carrizales, donde provocó el desplazamiento de los cuatro docentes de la escuelita rural y varios hostigamientos al espacio territorial de los reinsertados de las Farc.
El 3 de junio de 2022 en Morales, Bolívar, murió en un operativo militar Felipe Alcocer Alvarino (“Pirry”), comandante del Fgdrc.
Había dos posibles sucesores para su cargo: “Tuvia”, cabecilla del Nordeste; y Carlos Agudelo Gómez (“Nelson” o “el Calvo”), líder en el Bajo Cauca. El Comando Central del ELN se decidió por el primero, quien pasó a dirigir un frente de guerra de 400 combatientes, divididos en seis frentes territoriales, tres compañías móviles y una célula urbana.
Para los agentes, era uno de los pocos jefes “elenos” de relevancia que todavía permanecían en Colombia. Los otros están en Cuba y Venezuela.