El secuestro de un joven dragoneante del Inpec en Valle del Cauca a principios de abril se convirtió en la más reciente violación de cese al fuego por parte de las disidencias de las Farc dirigidas por Iván Mordisco.
Y no ha sido la única. Tal como lo reveló un informe de inteligencia militar conocido este martes, en lo que va del año solo ese grupo armado ha incurrido en 193 acciones violentas contra la Fuerza Pública y la población civil pese a pactar con el Gobierno un cese de disparos que poco se ha cumplido.
El caso del guarda del Inpec muestra la sistematicidad con las que se han cometido esos hechos desde el 1 de enero en que arrancó la medida. Stevenson López Barrios se movilizaba con dos amigos por el municipio de Jamundí cuando fue interceptado por el frente Jaime Martínez del Estado Mayor Central y secuestrado minutos después sin mediar palabra.
Fue la misma guerrilla la que reconoció que no sabía que el joven pertenecía a esa institución y que lo liberarían en medio de fuertes amenazas al director del Inpec, Daniel Fernando Gutiérrez, si no cambiaba “los modos de tratar a los presos”.
Pese a que dicha guerrilla ha sido la más hostil y aventajada de la situación, lo cierto es que los demás grupos armados con los que conversa el Gobierno tampoco han dejado de disparar.
Solo en este 2023, a los cinco grupos armados que hoy conversan con el Gobierno se les señalan por el asesinato de 48 personas, entre ellos 17 miembros de la Fuerza Pública.
Tal como advierte el informe de inteligencia revelado por El Tiempo, las disidencias de Iván Márquez, conocidas como Segunda Marquetalia, también han incurrido en por lo menos 52 acciones bélicas.
Y lo mismo ha ocurrido con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y el Clan del Golfo. Aunque el Gobierno ya no sostiene ceses con esos dos grupos armados -pues los elenos se negaron a acogerse y las AGC incumplieron con lo pactado-, el presidente Gustavo Petro sigue en conversaciones con ellos, por lo que se esperarían gestos que muestren esa voluntad de paz. Al contrario de dar gestos de buena voluntad o de paz, el documento detalla que el Clan ha incurrido en 78 acciones violentas y el ELN en 131.
De hecho, y pese a que dicha guerrilla aún no ha pactado ninguna medida de ese tipo con el Gobierno, el asesinato de 9 soldados en Norte de Santander, también en marzo,le restó credibilidad a los diálogos que hoy avanzan en su tercer ciclo de negociaciones en La Habana, Cuba. (Ver paréntesis)
Con todo esto, las guerrillas y grupos narcoparamilitares demuestran que el cese al fuego bilateral no ha logrado, hasta ahora, cumplir su fin principal que es aliviar la situación de las comunidades más vulnerables. En todo caso, está claro que los ilegales no han sido los únicos responsables de ese fracaso.
Durante estos cuatro meses del año, al Gobierno le han insistido que no están claros los límites, lineamientos y verificaciones de esas medidas, por lo que es aún más sencillo violarlas frecuentemente.