Invadir o no invadir, esa es la pregunta
“¿Qué debe más dignamente elegir el alma noble [rusa] entre sufrir de la fortuna impía el porfiador rigor [de la Otan] o rebelarse contra un mar [negro] de desdichas y, afrontándolo, desaparecer con ellas? Morir, dormir, no despertar más nunca [viendo nuestras fronteras contraídas], poder decir todo acabó [y recuperamos la Ucrania que rusa siempre fue]; en un...