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“El éxito sabe la mitad de bien cuando no hay nadie que nos envidia”, dijo en una ocasión el novelista Norman Mailer, cuyo centenario de nacimiento celebra hoy el mundo cultural anglosajón. Mailer publicó algunos de los libros más importantes de la literatura estadounidense de la segunda mitad del siglo XX: Los desnudos y los muertos –basado parcialmente en la experiencia militar del autor– y La canción del verdugo son los títulos más conocidos de su obra.
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La personalidad de Mailer fue uno de los atractivos de su figura pública: muy pocos quedaron indiferentes con su obsesión por el sexo, con sus comentarios antifeministas y sus posturas radicales. Mailer fue durante años presencia segura en algunos de los debates televisivos más concurridos, gracias a que no tenía pelos en la lengua ni consideración por las víctimas colaterales.
Al morir, The New York Times le dedicó un extenso obituario que titulaba: “Norman Mailer, un escritor tan imponente como su ego”, en la que no omitía ninguna de las sombras que acompañaron a un autor que acaparó primeros planos durante seis décadas.
Mailer nació en Nueva Jersey en 1923 en el seno de una familia judía. Su carrera literaria comenzó a los dieciocho años con la publicación de un relato. Se casó seis veces y tuvo nueve hijos. Su vida familiar no estuvo ajena a su tempestuoso carácter: el 19 de noviembre de 1960 apuñaló a su segunda esposa Adele Morales durante una fiesta.
Mailer es considerado por la crítica uno de los innovadores del periodismo narrativo por incluir en sus reportajes herramientas de la escritura de ficción, algo que también hizo Truman Capote. Con la crónica autobiográfica Los ejércitos de la noche —inspirado en la “marcha sobre el Pentágono” de 1967— obtuvo el premio Pulitzer en 1969.
Mailer murió el 10 de noviembre de 2007 a causa de una insuficiencia renal.