A las 7 de la noche del sábado el Café Macanas estaba a reventar. Justo había acabado de terminar un conversatorio entre los actores Vicky Hernández, Humberto Dorado y Manolo Cruz en el nuevo atrio de la iglesia. El público escuchaba sentado en el suelo, desde las sillas de colores del parque, sentados en los muros de las rosaledas y bajo los guayacanes rosados del parque principal.
Entre los asistentes habían locales, visitantes ocasionales y turistas que armaron plan para ir al Festival de Cine que se hace desde hace cuatro años en el municipio.
Los cuatro días del encuentro fueron una oportunidad para aprender del séptimo arte pero también lo fue para la economía local, especialmente hoteles, agencias, comercio, restaurantes y transporte, que recibieron más visitantes en ese período.
Crecimiento turístico
Según un informe de Situr de 2018, al pueblo llegan nacionales (3.94 %) y extranjeros (7.52 %), especialmente los fines de semana con puente ya que la gente acostumbra hospedarse para aprovechar el viaje.
A pesar de estar en el extremo del Suroeste antioqueño, a 132 kilómetros de Medellín, y con el acceso principal cerrado debido a un derrumbe que taponó la vía entre Amagá y Bolombolo desde mayo, sigue siendo uno de los más visitados del departamento y con buen comportamiento comercial.
“En un periodo de 5 años pasamos de tener 50 negocios a tener 500, en todo nivel. Se está convirtiendo como un pequeño Barichara”, comenta William Rendón, alcalde de la localidad.
La Secretaría de Turismo y Comunicaciones del municipio indica que ahora hay 58 restaurantes, 93 servicios de alojamiento y 10 agencias de ecoturismo. Algunos operadores privados y la misma administración señalan que la cifra puede ser mayor porque no todos están registrados.
El mandatario local afirma que el Festival ha sido fundamental en esa consolidación del municipio como destino turístico.
Flujo festivalero
No hay duda del impacto que puede generar este tipo de eventos culturales, sobre todo a nivel de formación de públicos. “Es un trabajo importante el que hace el Festival, porque llevan oleadas de películas de diferentes partes del mundo, lo que hace que la gente de otras regiones visite el municipio”, indica el actor y realizador Manolo Cruz, quien estuvo acompañando dos funciones exclusivas de La ciénaga, entre el mar y la tierra, codirigida por Carlos Castillo.
Y al tiempo que se forma y educa un público, también se estimula la economía local con la asistencia. “Uno lo ve en la circulación y en los espacios que son otro tipo de visitantes, los ve en restaurantes y negocios”, dice el alcalde, que termina este año su cuarto mandato.
En la edición del año pasado, según datos de la Secretaría de Turismo, cerca de 1.900 personas se registraron en el punto de información turística en la temporada del Festival (4 días), aunque aclara que cada visitante puede venir con más acompañantes, por lo que la cifra es mucho mayor.
La Corporación Antioquia Audiovisual, organizadora del encuentro cinematográfico, calcula que esa vez fueron a sus proyecciones cerca de 8.000 asistentes únicos, registradas en planillas y contados como uno solo (no se cuentan otra vez si repiten película).
El impacto
Nada más el personal e invitados del Festival, cerca de 60 personas, le dejaron este año $60 millones al comercio. Adriana González, gerente del encuentro, dice que solo basta con repetir el ejercicio de cálculo contando los visitantes en esta edición para hacerse una idea del impacto.
Tanto el Festival como los comerciantes notaron que bajó la asistencia en relación con el año pasado, que se hizo en un fin de semana con viernes festivo. La distancia con la capital hace que el turista decida visitar el municipio en función de los puentes, especialmente ahora que la vía principal está cerrada, lo que aumenta la duración del trayecto (4 horas y media).
Además de que el cine desarruga el alma y pone a volar la imaginación, los organizadores del evento sienten lo mismo: ver películas es productivo y beneficia a otros y variados sectores de la cadena .
60
producciones se presentaron, entre cortos y largometrajes, nacionales y extranjeros.