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Julián Giraldo, actor de cine por partida doble

El joven antioqueño es protagonista de dos de las películas que más repercusión tuvieron en el Festival de cine de Cartagena.

  • Julián Giraldo es el protagonista de Los monos y Los días de la ballena. FOTO Jaime H. Arango D.
    Julián Giraldo es el protagonista de Los monos y Los días de la ballena. FOTO Jaime H. Arango D.
11 de marzo de 2019
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La historia de Julián Giraldo es poco habitual en los circuitos de los festivales de cine: sin experiencia en la actuación y en medios audiovisuales es el protagonista de dos películas en competencia.

Este joven grafitero y tatuador, que creció en Castilla y reside en Gratamira, nororiente de Medellín, es figura central de las producciones colombianas Los Monos y Los días de ballena, que se estrenaron en la actual edición del Festival Internacional de Cine de Cartagena, Ficci.

Llegó al casting de Los Monos sin saber nada de la película, con ese arrojo que siempre ha tenido en cada proyecto que inicia en su vida y luego de tres pruebas fue seleccionado por el director Alejandro Landes para personificar a Lobo, uno de los jóvenes combatientes que hacen parte de esta coproducción que se rodó en el páramo de Chingaza, en Cundinamarca, y en el Magdalena Medio.

“Nunca había actuado ni había estado en grupos de teatro, pero siempre he sido muy decidido y loco en mis cosas, si me suena algo, crea que lo hago realidad”, relata con una confianza tal que parece que llevara mucho años en la actuación.

Sobre el rol de Lobo afirma que es un guerrero, un líder natural que respeta la autoridad, un personaje muy estricto y centrado, pero que toma malas decisiones como cabeza de su escuadra.

Julián se sintió bastante cómodo, con “mucha adrenalina” en medio de las condiciones climáticas extremas y las exigentes escenas de acción que requería el rodaje de Los Monos, para la que tuvo un entrenamiento militar que lo exigió al máximo.

La ballena

Reconoce que el rodaje de la cinta de Landes, que fue hace tres años, le abrió las puertas para que la realizadora antioqueña Catalina Arroyave lo tuviera en cuenta como antagonista en Los días de la ballena, filme que se rodó en Medellín, por las mismas calles que Julián recorre a diario.

“Monos me sirvió de escalera, me ayudó, me abrió puertas para entrar a Los días de la ballena, fue un chaleco muy grande que me cubrió”, al reseñar que en esa producción, en la que interpreta a un bandido, la directora le dio muchas libertades para su interpretación.

En la temática de Los días de la ballena, que relata la vida un par de grafiteros, se sintió como pez en el agua pues es en un oficio que conoce muy bien, con el que vibra. “Eso va en mi sangre, antes de empezar a tatuar hice grafiti y muralismo”, actividad que define como un arte contestatario, lleno de rebeldía, “la mejor forma para protestar, para no quedarse callado”.

Este lunes retorna a Medellín, luego de vivir el sueño de estar en un festival de cine y de ser protagonista de dos películas, para ponerse de nuevo al frente del estudio de tatuaje que tiene con su socio, eso sí, sin dejar de seguir luchando por el anhelo de seguir una carrera en la actuación, un oficio que define como “algo muy bonito”.

“El arte salva vidas y yo soy la prueba, vengo de una zona complicada de violencia en Castilla, de donde debimos salir, afortunadamente llegué a Gratamira y allí descubrí el Grafiti”, cuenta.

Julián compara su vida con la de Simón, uno de los personajes centrales de Los días de la ballena (interpretado por David Escallón) quien encuentra en el arte, en el grafiti, una opción para salir de las esquinas y evadir la violencia.

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