viernes
7 y 9
7 y 9
Uno de los críticos de arte norteamericanos más importantes, Holland Cotter, desenterró de las bodegas del Museo de Arte Moderno de Medellín (Mamm) a una artista que no conocía y le impactó apenas la vio: Débora Arango. “Cuando le abrimos los racks (foto) hizo una cara de asombro”, relata la directora de la institución, María Mercedes González. Entre los grupos de obras había series políticas, algunas que hablan sobre el rol de la mujer en la sociedad y de la relación iglesia-estado, temas polémicos y que han identificado el trabajo de la artista antioqueña.
Fue esa visita la que hizo que los críticos del periódico The New York Times, Roberta Smith, Holland Cotter y Jason Farago, mencionaran su obra consignada en el Mamm como parte de la lista de lo “Mejor del arte de 2019” (Best of Art 2019).
Entre los 10 apareció junto con la renovación de este año del MoMA, la Bienal de Whitney y exposiciones de artistas de la talla de la mexicana Leonora Carrington y el norteamericano Jasper Johns.
Para el crítico Cotter, que visitó el museo en octubre de este año, la de Arango fue la más conmovedora e informal: “En una visita a Medellín, Colombia, me llevaron al área de bodega del Museo de Arte Moderno de la ciudad, donde el curador Emiliano Valdés sacó estante tras estante de pinturas de la gran artista política colombiana Débora Arango (1907-2005)”, escribió en la publicación del viernes pasado.
Emiliano Valdés, curador jefe del Mamm, explica que su visita se dio después de unas conversaciones con la organización del Premio Gabo sobre arte y periodismo, por lo que la pinacoteca de Medellín ayudó a traerlo: “Creemos mucho en la crítica y también pensamos que se debe hacer con un sentido ético y de responsabilidad”, comenta Valdés.
De paso, Cotter visitó la institución en Ciudad del Río, la galería Lokkus de El Poblado, entre otros espacios. Según el curador, al crítico le interesa ampliar los conceptos del arte comúnmente aceptados, una razón de por qué le mostraron a Débora. “Ha escrito de artistas mujeres, de origen afro y latinos y las mal llamadas minorías género-sexuales. Se ha preocupado por ampliar ese canon”.
Mientras conocía las piezas del estadounidense Dan Flavin, que se exhibía en los Talleres Robledo en octubre, pudo conocer la bodega de la colección donde están albergadas las 2.400 piezas de la institución, de las que por ahora solo se ven 50 en la exposición Territorio común. Nuevas incorporaciones a la Colección Mamm). En bodega (restringida para el público), el museo tiene 221 pinturas y acuarelas, 15 bocetos y 10 cerámicas de la maestra Débora.
Para las directivas del Mamm este es un reconocimiento muy importante. “Fue hecho por una persona que durante el año vio muchas exposiciones no solo en EE. UU. sino en muchos países. Su tarea principal dentro de The New York Times es ver nuevas muestras y tiene un contexto muy amplio de lo que pasó en el año”, comenta la directora, María Mercedes González.
A su turno el curador Valdés aclara que así el Mamm tenga y promueva la producción de la antioqueña Débora Arango, no lo hace de manera permanente ni exclusiva porque no es el museo de la artista ni aspiran serlo. Aunque sí están comprometidos con su divulgación. Ahora andan en conversaciones preliminares con instituciones en Europa para ver si se puede hacer una nueva gira con su trabajo.
Así mismo indicó que en este momento se encuentra en Parques del Río la muestra A cielo abierto Débora Arango. Una mirada personal, con 41 reproducciones en la que se puede conocer más de su obra.