El certamen internacional de la poesía regresa cargando el peso de sus cifras inmensas. En 28 años, más de mil poetas de diversos países han arribado a Medellín con sus poemas bajo el brazo.
Gabriel Jaime Franco, uno de los organizadores, en cuya casa se reunieron los fundadores del certamen, en 1991, para darle forma a la idea, recuerda que el país y la ciudad vivían un momento de desintegración social asociada al narcotráfico y violencia política. Y surgió el Festival de Poesía, como una respuesta a la barbarie. “El certamen nunca se ha desconectado con los problemas del país y el mundo, como la ausencia de paz, los desaparecidos, las violaciones de los derechos humanos y la desvalorización de la vida”.
Esta edición denominada Chamanismo y Cantos Originarios invita a la gente a reforzar la relación con la Naturaleza. En Occidente, dice él, las personas no se han considerado parte de ella, sino que ella está al servicio de los humanos. Distinto a la forma como conciben el mundo las culturas aborígenes, que la tratan de madre.
“Las naciones aborígenes han sido excluidas y esclavizadas, y es tiempo de darles una inclusión real”.
Aclara que no se trata de un retorno al origen, que se sabe imposible e innecesario, sino una mirada a este, porque “somos hijos de los mitos”, invisibilizados junto a las culturas ancestrales.
Por eso, un importante número de chamanes, provenientes de diversos rincones del planeta llegan a Medellín a compartir su sabiduría, por medio de rituales, cantos y conversaciones. Y un número importante de poetas, pertenecientes a pueblos originarios, a compartir sus versos.
Que ahora el énfasis se ponga en las voces ancestrales, con tanto que decir sobre las relaciones con el planeta, no quiere decir que antes, el Festival no los haya incluido.
“Recuerdo que en la primera edición tuvimos la participación de Eulalia Yagarí, de la comunidad Emberá Chamí, quien después fue diputada. Ella intervino con su canto”, menciona Gabriel Jaime.
En los años siguientes se han presentado poetas indígenas de pueblos de América.
Y en cuanto al compromiso con los problemas del país, el organizador sostiene que continúan las mismas obsesiones por la verdad, la justicia y la belleza.