Miguel Botero se fue para Argentina con la idea de encontrar un lugar tranquilo para escribir, pero allá empezó a trabajar de mesero y no tuvo tiempo.
Entonces empezó a hacer empanadas para vender los fines de semana y tener libre el resto de los días para escribir. Como en Argentina no hay areparina, los sábados cocinaba el maíz, lo molía, hacía la masa, dejaba listo el guiso, y en las mañanas del domingo las armaba, las fritaba y se iba a la Feria de San Telmo a vender empanadas colombianas. Le iba bien.
En los dos últimos años y un poco más escribió Sueño Blanco, la novela que será su primer libro publicado: el martes lo llamaron a decirle que ganó el Premio Spiwak Ciudad de Cali, y que además de recibir 50 mil dólares, la obra, su primera obra, será publicada por Siglo XXI Editores.
El premio
La llamada fue extraña, dice Miguel. Cuando sonó el celular no escuchó y cuando devolvió la llamada, al otro lado estaba Ángel Spiwak, presidente de la Fundación Spiwak. Se había ganado el reconocimiento. Después pasó el jurado argentino Noé Jitrik, pero se escuchaba tan mal que se cortó la llamada. Le pareció tan irreal que no creyó hasta la noche, que salió el comunicado oficial. Era el primero en ganarse la edición inaugural del galardón.
Sueño Blanco la empezó entonces en 2010 en Argentina. Luego volvió a Medellín, le trabajó seis meses más en su casa de El Retiro, y la envió a otro premio. No pasó. Miguel sabía que le faltaba trabajo, así que, como la vida debe seguir, él siguió en ella hasta que un amigo le contó del Spiwak y coincidió con la novela lista: la misma historia, aunque mejor escrita, precisa él. La mandó, otra vez la vida siguió normal, y el martes fue la llamada.
Astromelio era el seudónimo del escritor. Detrás estaba Miguel, ese autor de 39 años, que nació en Bogotá por anécdota, según él mismo, que ha vivido en Medellín desde que tuvo 10 meses, que ahora escribe una segunda novela, Piragua, que todavía no tiene ningún libro publicado, que se ha ingeniado trabajos para dedicarse a escribir. Para Piragua aprendió autocad y trabaja con un amigo desde la casa. Hace lo de los planos y luego se pone a escribir.
La novela
Sueño Blanco no terminó siendo la primera idea que tuvo, porque Miguel sabe que así pasa con las ideas finales, si bien sí quedó eso que quería, contar la historia de alguien y de su primer amor, aunque no quisiera que fuera exclusivo de eso, porque la vida no es así, no se reduce, sigue él, a una sola persona o cosa. De ahí que la novela esté escrita por escenas, con lo del primer amor y también otro montón de cosas que pasan, como ir a un concierto con los amigos, ver una película con la novia.
Sucede entre la mitad de los años 80 y 90, cuando el protagonista está entre los 13 y los 18 años. Pasa en Medellín, en principio, algunos pueblos de Antioquia y llega hasta Cali.
Es la primera novela de Miguel. Él, que no hace esquemas, porque prefiere escribir sin pensarlo mucho. Él, que no es conocido, no todavía. Tampoco tiene libretas, le gusta escribir por la mañana, empezó dos carreras que no terminó, pequeño escribía textos sueltos y no los guardó, le costó mucho iniciar la escritura en serio, no escribió ni en el periódico del colegio, le gusta leer, no tiene un autor que quiera más porque de todos ha aprendido y está feliz con el premio porque ahora podrá ponerse a escribir, así como cuando vendía empanadas los fines de semana, para no preocuparse el resto de los días.