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Por Carolina Tamayo Pemberthy
Desde hace unos seis meses son pareja de baile. Se paran en la pista, elegantes: él con su pelo blanco, sus tirantas y sus zapatos brillantes; ella con su pelo suelto, negro, que le cae en esa parte donde no hay vestido: la espalda. Tacones, por supuesto.
No revelan la edad (más de 70 cada uno) ni los nombres (están ocupados bailando). Son la sensación: se abrazan, los movimientos son suaves, ella alza la pierna, él la espera. Parecen pareja en la vida real, por cómo se miran, por cómo se acercan, por cómo bailan, pero aclaran que no. Es solo cuestión de bailar. De tango a milonga, a veces van al porro. Ellos saben la diferencia. Los demás miran, que es también el encanto: ver los movimientos, el encuentro de los cuerpos. Y en tango sí que más, que tiene tanto de ritual.
Bailar con este ritmo es un acto que podrá ver o realizar durante la decimotercera edición del Festival Internacional de Tango de Medellín, que inicia este domingo. En la ciudad hay un fenómeno muy particular y es que la mayoría de apasionados por el género son bailarines, cuenta Daniel Vasco Alquerque, artista profesional y docente en Comfama.
Incluso hay quienes desde pequeños han estado moviéndose al compás de la música, como es el caso de Viviana Jaramillo, coordinadora artística del evento. Ella, por ejemplo, primero bailó y después aprendió a caminar. Eso es lo que le ha dicho su mamá.
Solo que hay diferentes estilos de tango, dice Daniel, porque todas las técnicas aplicadas se terminan mezclando. Y para que estos días no se pierda viendo bailar, estas son algunas que podrá encontrarse en el festival.
Los estilos
El baile de pista y el de escenario son las principales modalidades que los bailarines reconocen en el mundo. Ambos se caracterizan por ser sensuales y refinados, por eso las mujeres usan tacón.
El primero es el social, en el cual las personas van a bailar, por lo general, a una milonga, que es una fiesta de tradición argentina. Aquí se suele tener mayor libertad para realizar vueltas. Además, se requiere ser hábil al momento de improvisar. Caminar en línea es uno de sus pasos básicos. Una de esas canciones que suenan, casi sin falta, es la de Tigre Viejo de Osvaldo Fresedo. Cualquier persona, sin importar su edad o condición física, puede practicarlo.
El segundo, conocido como fantasía, es el que normalmente se ve en espectáculos o performances.
Al exhibirse al público requiere preparación rigurosa, práctica y disciplina, por lo que es practicado por profesionales. Si va a observar a alguien en un escenario, probablemente escuche el tema Zum de Osvaldo Pugliesse.
Existen otros estilos, como lo es el canyengue, cuya palabra significa caído. Daniel Vasco explica que “es opuesto al salón, donde la postura es un poco más caída y las rodillas van mucho más flexionadas”.
Añade que suele relacionarse con los borrachos, debido a que no tiene una estética de buena postura y usa movimientos cadenciosos.
La expresión milonguera puede catalogarse como un estilo, aunque realmente hace parte del social. Tiene mayor cantidad de abrazos y suele ser “ más pícara, coqueta y divertida”, dice Viviana Jaramillo. Un clásico para bailar es La Milonga de Mis Amores.
El tango vals, mientras tanto, es la fusión de los dos ritmos musicales e invita más a la elegancia y la delicadeza. Puede danzar al ritmo de la canción Desde el Alma, en cualquiera de sus versiones.
Por último, el tango se ha fusionado con otras categorías como lo son el swing, la salsa y la electrónica. Por ejemplo, la famosa Cumparsita ahora tiene una versión conocida de electrotango.
La clave del abrazo
La pasión que viven quienes han bailado, escuchado, cantado y gozado de cualquier manera el género saben que sin abrazos realmente no sería tango. Viviana señala que la esencia está ahí y es por lo que se diferencian algunos estilos como la milonga.
El encuentro con el cuerpo a través de los brazos tiene un compromiso con la emoción, por lo tanto la danza que está relacionada con el sentimiento permite estar ahí, frente a frente, de corazón a corazón. El tango comienza y finaliza en el abrazo, coinciden los expertos.
Días para escuchar y cantar
Para quienes bailan, el festival se convierte en una gran oportunidad. Daniel expresa que allí podrá ver el trabajo de sus compañeros y participar de talleres con bailarines internacionales, cuyas opciones le permiten afinar detalles y se vuelve una vitrina para mostrar su talento y dar a conocer el trabajo que realizan.
Cerca de 400 artistas locales mostrarán sus diferentes capacidades al ritmo del tango de salón y de fantasía, a través de la milonga, el cayengue y el vals.
El festival se realizará entre el 16 y 24 de junio en distintos lugares de la ciudad. La secretaria de Cultura Ciudadana de Medellín, Lina Botero, ha repetido a EL COLOMBIANO que este es uno de los festivales más importantes del mundo.