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Los 279 episodios de la comedia estadounidense The Big Bang Theory, que se vieron en Colombia a través de la cadena Warner Bros, hicieron reír al público con chistes nerdos de física cuántica y conflictos de amigos. Una de las claves de su éxito, que tal vez usted no notó durante las 12 temporadas, fue la música.
Detrás de esta sitcom (comedia de situación) hay un supervisor musical que se encarga de la selección sonora que va a acompañar las introducciones y cada capítulo, de hacer la sincronización y la negociación con cada artista.
Hoy en la mañana (ver Informe) varios expertos estarán en Circulart hablando de cómo se toman las decisiones para que una canción esté en un proyecto digital, no solo televisión y cine, y qué se necesita para llevarlo a cabo.
No son solo proyectos cinematográficos. Un ejemplo colombiano es el de la agrupación Bomba Estéreo. Su canción Soy yo, sencillo del álbum Amanecer, hizo parte del videojuego de Electronic Arts Sports, Fifa 16.
Los supervisores musicales son los que encuentran el sonido ideal para las plataformas de pantalla. Cine, televisión, publicidad, videojuegos y cualquier medio visual que necesite música.
“Ya sea con artistas o vocalistas, las producciones que tienen más de un par de canciones por filme o episodio, o que desean obtener el máximo provecho de su dinero, buscan que los supervisores negocien tarifas con los sellos y los editores”, explica John Bissell, quien ha supervisado trabajos como The Blacklist, Shrek, The Big Bang Theory y The Hurt Locker y comerciales para marcas como Cadillac, Nike, Hummer, American Express y Levis.
El experto señala que los temas se proponen según condiciones como el lugar, los personajes y las emociones que cada escena requiera. Se ubica directamente al artista o a empresas especializadas.
Diana Beas trabaja para Anthem Entertainment, una compañía editora, disquera y agencia de sincronización con sede en Estados Unidos e Inglaterra. Entre su labor está en ayudar a los supervisores a hacer la elección correcta de la música según los precios.
“Si el director creativo necesita una canción de reguetón y no importa el costo, le puedo mandar un tema de J Balvin y Maluma, pero también le puedo dar opciones más económicas con el mismo tono y vibe (ambiente)”, señala la agente.
Además de lo creativo, el supervisor también se encarga de lo económico y legal. Diana dice que luego de elegir el tema y negociar el valor, ellos adelantan requerimientos de uso, uno para la compañía o persona que tiene los derechos de autor y otro para la disquera, el artista o la empresa que tiene los derechos de grabación.
“En este documento están los detalles de dónde y cómo se puede usar el tema, en qué plataformas y para qué territorios el fragmento a usar y durante cuánto tiempo se puede explotar la canción”, dice.
Sergio Arbeláez, director de contenidos académicos de Circulart, cuenta que ahora se están involucrando más los artistas en este tipo de industria.
“Amazon y Netflix, que están produciendo más de 100 series en Latinoamérica, requieren estos contenidos y supervisores. Queremos que los músicos se informen más, en Colombia ha habido grandes casos de temas sincronizados en videojuegos, como Bomba Estéreo”, indica.
El sitio circulart.org subio a su sitio web una guía práctica para los profesionales involucrados en este sector, desde compositores a productores audiovisuales.
En esta se explica el rol de los supervisores y qué se debe tener en cuenta antes de llegar a ellos con un portafolio y unos contenidos musicales.