Lianna es una artista que no teme sumergirse en lo más hondo para plasmar, lo que sea que encuentre allí dentro, en la letra de una canción. Se pierde en los beats, se mueve con el ritmo y está feliz porque “hace rato no me sentía tan enamorada, tan contenta”.
No solo se le nota el amor por otro ser humano, le brota por lo que ha logrado, por la música, que en últimas es la que le da vida.
“La música para uno se vuelve como una terapia. Uno libera, canaliza y comprende un montón de cosas. Hay muchas canciones que uno ni siquiera sabe de qué van a hablar y cuando las empieza a escribir se da cuenta de que uno realmente se está desahogando de algo que estaba sintiendo y que no podía expresar de otra manera”, cuenta.
Es una mujer descomplicada que de tanto en tanto escucha un tema sonando en el fondo de un restaurante y la tararea. No tiene miedo a decir las cosas como las siente. Nació en Medellín y toda su familia es paisa, pero creció en Bogotá. Es una mezcla que sigue rodeando su vida, vive allá pero su corazón jala cada tanto hacia Antioquia.
El disco
Este fue un año de celebración después de culminar la grabación de un capítulo en su discografía llamado Como el Agua. La producción se estrenó en abril, pero será presentada por primera vez en Medellín, donde le dio forma, este domingo en La Pascasia.
De hecho, es la ciudad a la que le dedica Me Quedo Aquí, la que abre el disco, como una especie de celebración del instante y del momento en el que se encuentra. “It’s just like the water, I ain’t felt this way in years“ (Es justo como el agua, no me había sentido así en años), dice Lauryn Hill, una de las inspiraciones musicales de la artista en el tema Like The Water. La frase agolpaba todo aquello que Lianna estaba sintiendo, ese éxtasis por la vida y la posibilidad que le da su arte para deshacerse de los demonios.
“Fue esa agua y ese fluir dentro de todo, porque también es la tormenta, el mar, la lágrima”, explica mientras relata ese conjunto de motivos detrás del álbum.