Duro, tensionante, bastante montañoso de principio a fin, sin respiro... Así será el Tour de Francia-2020, que fue presentado ayer en París con invitados de lujo, entre ellos el colombiano Egan Bernal, último campeón de la prueba, y su compañero, el inglés Chris Froome, cuatro veces vencedor de esta competencia por etapas que es considerada la más exigente del pedalismo.
En palabras del director del Tour, Christian Prudhomme, la carrera que se viene representará no solo “a una generación de jóvenes que quieren tomar el poder”, en referencia a Egan, de 22 años, sino también a aquellos experimentados que buscarán agrandar su leyenda, como Froome, de 34, que optará por su quinta corona.
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Lo que llama la atención, más allá de que el trazado les favorece, es que ninguno asegura aún que estará presente. Este último, porque aún no se recupera de una caída que le produjo fracturas en vértebra cervical, fémur, cadera, codo y costillas.
Pero, ¿por qué la edición 107 que se desarrollará entre el 27 de junio y 19 de julio se vislumbra también exigente y de concentración desde el inicio como las anteriores? Aquí, los puntos más relevantes.
1. Distancia. A diferencia de 2019, cuando se recorrieron en sus 21 etapas 3.365,8 kilómetros, esta vez serán 3.470.
2. Ascenso. Se escalarán 29 puertos, uno menos que la edición de este año. Estarán distribuidos así: 13 (Alpes), 7 (Macizo Central), 5 (Pirineos), 3 (Montes Jura), 1 (Vosgos).
3. Equipos. La prueba, que se iniciará en Niza, con una fracción en terreno ondulado, no tendrá contrarreloj por equipos, modalidad presente en las últimas dos ediciones. “Esto es lo primero que me impactó”, dijo Egan.
4. Cronómetro. Habrá una sola contrarreloj individual. Se desarrollará en la penúltima fracción, con meta en alto en la estación de esquí Planche des Belles Filles, en el macizo de los Vosgos. Serán 36 km repartidos en tres tercios, uno plano, apto para especialistas; otro más exigente de falso llano y el último en las rampas de ese puerto, de 5,9 km de ascensión al 8,5% de desnivel.
5. Recorrido. Se disputarán 9 jornadas llanas, 3 de media montaña y 8 de montaña, con 4 llegadas en alto y la anunciada crono. En la última competición fueron 8 planas, 5 de media y 6 de montaña, con 4 terminando en cimas.
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6. Remates. Sin largos puertos, pero con otros más explosivos. Aquí, ciclistas como los locales Julian Alaphilippe y Thibaut Pinot podrían hacer la diferencia. Se trata de premiar a corredores agresivos y valientes.
No se subirá ni al Tourmalet, Galibier, Mont Ventoux y Alpe d’Huez, aunque los organizadores, como reseña EFE, esperan sorprender con el Mont Aigoual y Puy Mary en el Macizo Central, el Grand Colombier en el Jura, la “peculiar” subida al Col de la Loze en los Alpes y la crono de La Planche des Belles Filles.
7. Montaña. Más metros para escalar. No hay más de dos etapas sin que las carreteras se pongan cuesta arriba. El Tour buscó puertos en toda la geografía francesa y pese a no tener algunos de los gigantes clásicos, el recorrido cuenta con mayor desnivel que otros años.
8. Longitud. Habrá solo una etapa con más de 200 km. Será la 12, de 218 entre Chauvigny y Sarran, de montaña.
9. Poca altura. En la última edición se corrió por encima de los 2.000 m sobre el nivel del mar por el Tourmalet, Vars, Izoard, Galibier, Iseran, Tignes y Val Thorens, lo cual benefició a Egan, quien creció en Zipaquirá (elevación media de 2.650 msnm). En el 2020 solo se superará ese nivel en el Col de la Loze (2.300), fracción 17.
10. Viento. Otro peligro, pues se deberá tener cuidado en la etapa 10, entre las islas de Oléron y de Ré, de 170 km. La posibilidad de abanicos puede acabar con las pretensiones de algunos candidatos.