Como ciclista recreativa, Andrea Alzate Gómez se ganó el respeto de sus rivales. Su pasión por las bicicletas, unida a su espíritu competitivo, la llevaron a destacarse no solo en el Clásico EL COLOMBIANO, sino en las pruebas que se disputan los fines de semana en Girardota, su lugar de residencia.
Sus amigos siempre le decían que se lanzará al profesionalismo, pero ella, un poco escéptica, prefirió dedicarse al estudio: se graduó como Contadora Pública de la Universidad de Antioquia y empezó su vida laboral.
Precisamente, en una de sus jornadas de trabajo se cuestionó: ¿Y si busco una opción?, ¿si pruebo como profesional a ver cómo me va?
En medio de esas preguntas se aferró a la oración y le pidió a Dios que le mostrará el camino, que le enviara una señal, pues extrañaba bastante darse “leña” (competir con vehemencia) en la carretera. Y la oportunidad de demostrar sus capacidades llegó en el Reto Colnago Amateur Femenino, tras quedarse con el triunfo.
Las señales llegaron
El pasado 3 junio a Andrea le notificaron que no le renovarían el contrato de trabajo, y ese mismo día la contactaron de Colnago CM para entregarle su premio por el reto.
Durante la conversación que sostuvo con Julio Roberto Gómez, gerente del equipo, se abrió la posibilidad para que hiciera una prueba. “La verdad, lloré de felicidad el día que me llamaron a firmar el contrato, cuando recibí el uniforme y la bicicleta sentí una emoción indescriptible”, dice la corredora que tras superar el periodo de prueba ya hace parte del equipo femenino profesional de esta escuadra.
Ahora, dedicada únicamente al ciclismo, Andrea entrena en las mañanas bajo la dirección de David Vargas, y participa en algunas competencias virtuales para seguir mejorando su nivel. Por eso el Clásico EL COLOMBIANO sigue siendo una de sus citas preferidas.
“Me gusta mucho porque así como era retador y exigente cuando lo hacía de forma presencial, lo es ahora que es virtual. Siempre el nivel es alto, además considero que en el simulador el esfuerzo es mayor, pues todo el tiempo estás al máximo nivel, no es como en la carretera que en las bajadas puedes tomar un segundo aire”, comenta.
De su paso al profesionalismo, reconoce también que fue bastante exigente, pues las dos primeras semanas el dolor y el cansancio la hicieron dudar. “Estoy comprometida totalmente, con mucha responsabilidad, disciplina y mentalizada en hacer las cosas de la mejor manera. Las dos primeras semanas de entrenamiento fueron duras, llegué a pensar: ¿Dios mío, en qué me metí? Pero la verdad es que ya le tomé el ritmo y estoy trabajando fuerte, pues quiero estar bien para cuando se pueda competir”, explica.
Por ahora, esta contadora seguirá con su preparación, pensando en lograr triunfos y en competir en Europa