En el Giro de Italia sub-23 en 2017, una caída en la primera etapa privó a Einer Rubio de luchar por los puestos de honor de la competencia. Ese día perdió más de cinco minutos en la meta.
Sin embargo, con coraje, el corredor que nació hace 20 años en Chíquiza, Boyacá, y que se pulió en Bogotá en el club Esteban Chaves, logró terminar 18°.
Ese vigor de Rubio, que llegó a Europa ese año a la escuadra Vejus, le llamó la atención a Carlos Mario Jaramillo, entrenador de la Selección Colombia, que en la presente temporada lo convocó para que hiciera parte de nuevo de la carrera italiana, en la cual logró ayer el triunfo más importante de su prometedora carrera, luego de imponerse, gracias a sus condiciones como escalador, en la quinta etapa de la competencia, de 127.8 km entre Darfo Boario Terme y el final en alto en Dimaro Folgarida. Fue la segunda del elenco tricolor tras la conquista el lunes del antioqueño Alejandro Osorio.
“Somos un equipo fuerte, ya lo hemos demostrado. Hoy -ayer- se me dio una gran oportunidad, la aproveché y estoy muy feliz por eso”, dijo Rubio, quien se impuso ante el inglés Stephen Williams (Seg Racing) y el kazajo Yuriy Natarov (Astana). Cuarto fue el también boyacense Cristian Muñoz, quien se montó en el liderato de la montaña.
Pese a la exhibición de poderío de Rubio y Muñoz, el seleccionado nacional cedió el primer lugar de la general que tenía Osorio, que escolta ahora, a 13 segundos, al nuevo líder, Williams. No obstante, esperan recuperarlo en las cuatro jornadas que restan, tres de ellas de alta montaña.
La noticia negativa fue el retiro, por caída, de Fernando Jiménez, actual campeón de la Vuelta de la Juventud, que sufrió un fuerte golpe en la rodilla. Osorio segundo, Muñoz, cuarto, y Rubio, sexto, ilusionan con el título de esta prueba, el cual no se logra desde 2010 cuando venció el antioqueño Carlos Betancur. La sexta etapa será de 120.7 km entre Dimaro Folgarida y Pergine Valsugana.