Más corta, pero igual de infernal. Así será desde hoy la Vuelta a España, la última gran carrera de la atípica temporada ciclística.
Debido a la pandemia del coronavirus y para evitar mayor riesgo de contagio, el recorrido inicial de 3.245 kilómetros y pactado a 21 etapas, será ahora de 2.846,9 km distribuidos en 18 fracciones. La primera de ellas, picando hacia arriba, de 173 km desde Irún, en el País Vasco, rumbo a la cima de Arrate, donde se conocerán quiénes llegaron más fuertes para luchar por el título de la edición 75 de la competencia.
En medio de la zozobra que se vive en España, producto de la nueva ola del covid, un parte de tranquilidad tuvieron ayer los 176 ciclistas que estarán presentes en el desafío: ninguno arrojó positivo en los test PCR (diagnostica contagio del virus) a los que fueron sometidos el pasado domingo.
Entre ellos estarán cinco hombres que ya saben lo que es triunfar en un certamen de tres semanas.
Quien presenta un palmarés más brillante es Chris Froome. El inglés suma cuatro títulos de Tour de Francia, dos vueltas y un Giro de Italia.
Con más dudas que certezas encarará su séptima ronda ibérica y, a la vez, será su carrera final con el Team Ineos tras fichar con el Israel Start-Up Nation. El pedalista de 35 años de edad sufrió un accidente en 2019 y aún no logra recuperar su mejor versión.
También actuará el vigente campeón de la prueba, el esloveno Primoz Roglic (Jumbo), que viene de ser segundo en el Tour; el local Alejandro Valverde (Movistar), que triunfó en la Vuelta 2009 y fue segundo en la anterior; el holandés Tom Dumoulin (Jumbo) y el ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos), vencedores del Giro, en su orden, en 2017 y 2019.