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Daniela Gaviria Ramírez se ve imponente sobre la bicicleta. Su espigada figura, unida al ritmo del pedaleo y la fuerza para mantener el equilibrio mientras recorre los terrenos quebrados del corregimiento Minas en Amagá, donde vive y entrena, la hacen destacar como una corredora potente.
Esta quinceañera, quien es la menor de su casa, un hogar constituido por su mamá y tres hermanos, encontró en el ciclomontañismo un lugar para darle rienda suelta a esa parte de la personalidad que pocos conocen de ella.
Daniela es tímida, de pocas palabras, y el tono de voz denota que es consentida y que proviene de un lugar tranquilo.
Su vida transcurre entre el colegio, la bicicleta y las tardes con sus amigas. Desde hace dos años está dedicada esta modalidad del ciclismo y aunque sobre la cicla es una fiera, como lo ha demostrado en campeonatos nacionales en los que ha alcanzado triunfos, cuando se baja de ella es evidente su timidez.
Su rostro es angelical, de tez blanca y pómulos rosados, color que se acentúa tras el esfuerzo en los entrenamientos. Solamente en ese detalle se denota la magnitud de su ahínco en la preparación, pues sobre la bicicleta se ve tranquila y cómoda.
Es vanidosa, le gusta que su mamá le haga trenzas para estar siempre bien presentada, con sus candongas en forma de corazón, pequeñas y delicadas como es ella.
La historia deportiva de esta joven arrancó hace cuatro años gracias al trabajo que Sandra Milena Zapata, quien se ha dedicado a formar corredores de esta región con el club Mineros.
Daniela recuerda que fue allí donde inició todo; con su primera bicicleta empezó a entrenar y recorrer el campo, en la vereda en la que reside.
Junto a sus amigas fue haciendo que el gusto por el deporte aumentara, hasta el punto de dejar a un lado su timidez y probar en competencias infantiles en las que siempre se destacó y fue ganadora.
Su actual entrenador, Héctor Hernando Pérez, reconoce que trabajar con Daniela ha sido un reto, no solo para él, sino para el grupo de experimentados ciclistas de montaña con los que a diario entrena.
“Dani es la niña del grupo, su proceso ha sido muy bonito, está con nosotros desde que tenía 13 años y la descubrimos con el programa de desarrollo de Indeportes Antioquia”.
Pérez rememora que durante la pandemia hicieron unos campamentos virtuales en los que eligieron una serie de deportistas de los municipios y cuando ya se permitió salir de nuevo, estos chicos fueron citados a un campamento de tres días donde los valoraron. Fue allí donde Daniela llegó y los deslumbró, ya que fue una de las más sobresalientes.
Tras esa evaluación la joven empezó su proceso élite y gracias a sus excelentes condiciones pasó pronto a ser parte de la Selección Antioquia, con la que ha logrado importantes resultados como el título de campeona nacional el año pasado en la Copa Colombia, pues ganó las siete válidas que disputó en su categoría.
Pérez no duda en afirmar que, por los números y los resultados que ha logrado, Daniela es una deportista de proyección a nivel panamericano y por eso está entrenando fuerte.
Daniela se levanta diario a las 6:00 a.m., va a estudiar hasta el mediodía, actualmente cursa el décimo grado. Luego del almuerzo aprovecha y realiza tres horas de entrenamiento por las montañas de su vereda.
Sostiene que entre sus sueños está participar en Juegos Panamericanos y Olímpicos para correr con las mejores.
Dice que es feliz, que recorrer los caminos veredales le ha permitido ganar confianza y destreza para saber afrontar los obstáculos que se encuentra en las competencias.
Mientras sigue cosechando medallas y logrando sus objetivos deportivos, Daniela continuará con sus estudios y entrenamientos. Aunque todavía no se ve lejos de casa, sí sueña con ser una gran exponente a nivel mundial de su deporte.
Poco a poco asimila las experiencias al lado de corredores como Jonathan Botero Villegas, el gran exponente del ciclomontañismo colombiano y quien es otro de sus ángeles.
“Acá todos estamos pendientes de ella en los entrenamientos, en las concentraciones, en los viajes, para cada uno es como la hija o la hermanita que hay que cuidar. Daniela es muy dulce y tímida, algo que con los sicólogos estamos trabajando para que suelte un poco”, comenta el entrenador, quien ha vivido varias anécdotas graciosas con esta deportista.
Cuenta que una vez iban de viaje por carretera y le sonó el celular, al otro lado de la llamada estaba la mamá de la corredora quien le dio un recado para que pararan, pues Dani quería entrar al baño.
“No lo podía creer, es que Daniela iba a mi lado en el carro y pensé, cómo no me dice si me tiene acá ... risas, pero la comprendo porque es una niña en un mundo nuevo y por eso todos la protegemos y la cuidamos siempre”.
Por ahora Daniela seguirá preparándose fuerte, pues con el cambio de categoría la exigencia creció. En la primera válida que disputó este año quedó de tercera y a ella lo que le gusta es ganar.
Un técnico que forma campeones
Héctor Hernando Pérez ajusta más de 13 años dedicado a la formación de ciclomontañistas en Antioquia.
Su proceso más destacado ha sido con Jonathan Botero, el corredor que ha estado en Juegos Olímpicos y que en este nuevo ciclo está sumando puntos pensando en París 2024.
Precisamente, durante este fin de semana estará con Jonathan en Brasil, compitiendo, buscando puntos para mantenerse en la parte de clasificación para las justas francesas, donde ambos esperan estar y luchar por una de las medallas del montain bike.
Paralelo a ese trabajo, Pérez sigue consolidando el plan departamental para que Antioquia tenga una buena presentación en Juegos Nacionales y para que la renovación esté garantizada.
En ese proceso aparecen nombres como Jerómino Bedoya, quien ya se ha destacado a nivel nacional e interenacional, y Daniela Gaviria de gran proyección. Con ambos existe gran expectativa por lo que puedan hacer en los eventos de élite.
Periodista de la Universidad del Quindío. Cuyabra hasta los huesos y mamá de un milagro llamado Mariana, amante de la salsa y apasionada por el deporte.