viernes
7 y 9
7 y 9
David González era una rareza en el fútbol actual, no por seguir vigente a los 38 años, sino por su cercanía con los hinchas, su disposición para dialogar siempre con la prensa y su capacidad crítica para abordar temas que la mayoría de sus colegas evaden o responden con frases prefabricadas.
Por eso con su retiro, anunciado el miércoles, el fútbol colombiano no solamente pierde a un arquero eficiente sino a un hombre que encarnó el espíritu del futbolista diferente.
David, ese muchacho flaco y alto a quien el técnico Reinaldo Rueda le confió por primera vez el arco rojo en la tarde del 25 de agosto de 2002, en un clásico ante Nacional, se despidió satisfecho del balompié profesional tras 18 años de actividad.
Desde ese día hasta el 1 de diciembre pasado, el antioqueño dejó una marca de 560 partidos, 382 con el DIM, con el que ganó 4 títulos, siendo su jugador más exitoso, además de un largo etcétera de estadísticas y anécdotas que lo convirtieron en ídolo rojo.
Se retira del fútbol siendo dueño de tal decisión, llevándose consigo el premio de no haber permitido que las circunstancias le restaran honor a su despedida.
En “La Disidencia”, un espacio que dio vida en Youtube junto amigos del fútbol, David contó que la derrota 1-5 que sufrió con Cali ante Velez, el pasado martes, y el cual fue su último partido, no alteró ni la plenitud ni la convicción de poner punto final a su carrera.
“Cali siempre tuvo la intención de renovarme, desde hace cuatro semanas habíamos arrancado a tocar el tema. Pero desde hace cuatro meses había tomado la decisión de retirarme, no tiene que ver con las eliminaciones ni nada por el estilo (...) Quiero hacer cosas distintas, si decidía continuar era más por lo económico y no quería tomar una decisión por plata. Estoy feliz”, contó.
González había llegado al Cali a finales del año anterior luego de que el DIM rompiera su palabra de renovarle por seis meses más para cumplir con su deseo de retirarse en el club, así lo contó él mismo el 22 de noviembre de 2019, en una sala de conferencias del hotel Dann Carlton, donde la directiva roja le hizo un corto homenaje.
Sin alzar la voz, sin una palabra malsonante y acompañado por sus padres, el guardameta aceptó ese adiós tan diferente al que soñó, y reiteró su amor por la institución en medio de un prolongado aplauso de un puñado de periodistas, y algunos hinchas que lograron colarse para dar gracias, entre lágrimas, al guardameta.
Su amigo y excompañero Diego Arias dice que David “supo ser un líder capaz de simplificar el día a día de sus compañeros. En momentos críticos sabía cómo aliviar la presión, siempre con respeto hacia el otro”.
Andrés Ricaurte indica que de ese parcero que le dio el fútbol ha aprendido cosas invaluables para la vida. “Siendo un profesional apasionado nunca dejó que se le nublara la razón, siempre racional, sensato y transparente”.
González dijo que no quería ser recordado por sus logros dentro de la cancha sino por ser buen compañero, y testimonios como los de Arias y Ricaurte dan cuenta de que así será.
Se cerró el capítulo como arquero, pero desde ya anticipa su anhelo de comenzar en un futuro el de entrenador. Por ahora queda para él “La Disidencia”, donde junto a Mao Molina, Ricaurte, Arias, Jaime Barrientos y Francisco Nájera profundizan sobre diversos temas de fútbol, un deporte tan ávido de voces y miradas diferentes.