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Mientras los grandes como Nairo Quintana, Rigo Urán, Miguel Ángel López, Egan Bernal y Chris Froome se roban los focos, las cartas principales del circuito colombiano se frotan las manos.
Oscar Quiroz, actual campeón nacional de ruta sabe que, tal como las figuras que engalanan el Tour, el trabajo de años necesita una vitrina ideal como esta carrera para hacer conexión con otros retos y sueños: “Yo, por ejemplo, comparto cosas con Egan como que ambos comenzamos en ciclomontañismo. Él hoy está encaminado a destacarse en carreras largas. Yo espero que cada competencia me acerque al sueño de ser un gran clasicómano, referente en carreras de un día”, dice.
Quiroz, al igual que el juvenil Bryan Hernández (Strongman), cree parte de la “gracia” de esta carrera es “irrespetar” en el buen sentido a los capos.
“Hay que firmar un par de sorpresas, a lo mejor en la quinta etapa que acaba en La Unión o en la última. Los corredores locales tenemos que dar qué hablar porque es la forma de retar a esas figuras para que vuelvan”, estima Hernández, oriundo del Oriente antioqueño y actual campeón de la modalidad de montaña de Vuelta a Colombia.