El actual sistema de descenso en Colombia, que entró en operación en 2006, es un modelo tomado de Argentina, donde se implementó en 1983 y el cual tiene dos aspectos capitales, considerados por los especialistas, como negativos.
Hoy, en la Asamblea de la Dimayor, los representantes de los 36 clubes (A y B) analizarán el sistema del campeonato así como el del descenso que, en la actualidad, se dirime por promedios y no por rendimiento durante el año.
Los detractores de este sistema sostienen que su implementación estuvo destinada, en principio, para evitar la caída, a la segunda división, de los equipos grandes (Millos, América, Nacional, Cali, DIM, Junior, Santa Fe, Caldas y Tolima), ya que no se hace por ubicación en la tabla sino por promedio (cociente entre los puntos logrados en las últimas tres temporadas y los partidos disputados en ese mismo tiempo), el cual regularmente es bajo para los equipos llamados “chicos”.
El segundo aspecto tiene que ver con que los equipos que logran el ascenso reciben como herencia las pobres cifras del último del tablero, lo cual los obliga a conseguir una muy buena cosecha de puntos en la A para salir de ese lugar y salvar la categoría.
Eduardo Pimentel, dirigente del Chicó que ganó el ascenso en 2017 y descendió para el torneo de 2019, argumenta que el modelo por promedio es un castigo, no es justo y por ello siempre serán los mismos elencos los que pierdan la categoría, ya que se requiere entre otras cosas, de muchos recursos para conformar una nómina que alcance los primeros lugares. Solo así se garantiza mantenerse en la A.
Carlos Murillo, presidente de Leones, el otro equipo que llegó de la B y de inmediato perdió su lugar, argumenta que los costos de tener un equipo en Primera División triplican lo que traían de la B y debido a que no poseen grandes patrocinadores no logran contar con los recursos necesarios para reforzarse mejor.
“Estar en primera división cuesta y mientras exista esa gran diferencia económica entre equipos tipo A y B, cualquier club que ascienda, si no tiene un gran aporte de dinero, no se sostiene. A nosotros nos hizo falta un definidor y eso nos costó, porque los partidos se ganan es con goles. El equipo jugó bien y dejó buena imagen, pero no pudimos salvarnos”, concluyó .