La futbolista antioqueña Carolina Arbeláez, de 23 años, capitana de Atlético Nacional y elegida mejor jugadora de la Liga de 2018 por sus colegas colombianas, exhibe por estos días su talento en Estado Unidos.
Fue contratada en Dallas para participar en varios torneos en los que, además de títulos y una recompensa económica, busca contribuir al prestigio del fútbol nacional. “Amo a mi país y a mi deporte”, dice la jugadora que, en los ratos libres, practica también el freestyle, con el que demuestra que las mujeres también tienen clase en el dominio del balón.
A pesar de la lejanía, se ha enterado de las polémica entre algunas de sus colegas con los dirigentes de la Federación por temas logísticos y supuestos acosos. Sin embargo, quiere mantenerse al margen y confía en que se llegue al diálogo para que el desarrollo de este deporte continúe. Que no se eche por la borda un proceso de más de 20 años que tantos esfuerzos y luchas les ha costado.
¿A qué se ha dedicado en este comienzo de año?
“En enero estuve en España visitando a Natalia Gaitán, jugadora del Valencia. Observé el nivel competitivo y formativo que tiene ese país en cuanto a nuestro deporte. Aprendí mucho y dejé contactos por si algún día se da la oportunidad de ir allá. Luego me hicieron una invitación para jugar varios torneos en Dallas (EE. UU.) y estoy supercontenta, haciendo una buena preparación para lo que viene con mi club, Atlético Nacional, con el que espero renovar contrato”.
Es decir que no ha descuidado la preparación...
“Debemos seguir siendo responsables con nosotras mismas. Tengo claro la importancia del entrenamiento y la disciplina, el talento solo no basta. No me he descuidado, sigo juiciosa porque quiero llegar bien a Nacional y con la meta de ser campeona este año. Así como Huila fue campeón de la Libertadores, quisiera cumplir este sueño continental, nada es imposible. Tenemos que vender el fútbol femenino de la mejor manera, como algo muy especial para el país”.
¿Está en plenitud de condiciones?
“Este es un momento crucial para mi vida, para continuar trazando mis metas. Ser futbolista fue un reto desde pequeña, si no fuera así hace rato estaría dedicada a hacer otras cosas para mi vida. Es lo que quiero y anhelo y confío en seguir para adelante con tan bellos proyectos del fútbol en Colombia y por fuera”.
¿A qué atribuye el llamado de Dallas?
“Ya había estado acá en EE. UU. Esto se llama fútbol rápido y se juega en canchas con medidas de futsal. Es un escenario ovalado y el balón nunca sale. Tienes 20 minutos para dar lo mejor y poder hacer gol. Las reglas no cambian mucho y hay un árbitro. Viene a participar en varios torneos con la ilusión de ser campeona y ganar dinero. Son tres, ya jugué el primero y lo gané; el 1° de marzo comienza el otro y finalizaré el 8 en Houston para luego retornar a casa”.
¿Qué piensa de lo que está sucediendo en Colombia?
“Nosotras nos hemos ganado un espacio, representando bien a Colombia. En este momento no quisiera tomar un posición frente a lo que ha sucedido, es algo que me duele; siempre quisiera ver nuestro deporte en óptimas condiciones. En todos los ámbitos de la vida hay diferencias y con la ayuda de Dios, se van a resolver. Espero que los directivos se reúnan y hablen bien del fútbol femenino, que piensen en nosotras que hemos luchado por nuestro sueño, que no hemos hecho nada malo. Que se tomen la mejores decisiones en las que todos ganemos, pues solo hay que pensar en el crecimiento del deporte nacional”.