Sobró ilusión pero faltaron argumentos. Así se puede resumir la derrota que sufrió ayer el país en la elección de la sede para el Mundial Femenino de 2023, que finalmente organizarán, de forma conjunta, Australia y Nueva Zelanda.
El resultado en la votación del Consejo de la Fifa, en la que intervenían 35 de los 37 miembros, se inclinó por la propuesta oceánica, que obtuvo 22 votos por los 13 de Colombia que, al igual que el pasado 10 de junio con los resultados de la evaluación técnica, se vio abatida por su rival de forma contundente.
“Me encanta Colombia. Sé que habría organizado un Mundial fantástico pero había que analizar las candidaturas y es lo que yo hice. (...) Fue un competidor muy duro”, dijo Gianni Infantino, presidente de la Fifa, tras la elección.
El revés de una candidatura que la Federación Colombiana de Fútbol (Colfútbol) defendió como una “oportunidad que fortalecerá y estructurará el balompié femenino en el país”, como lo expresó a este diario Ramón Jesurún, presidente de la entidad, inició hace unos días con la calificación más baja (2,8 sobre 5) en la evaluación técnica de la Fifa en temas como seguridad, servicios médicos, control al dopaje e infraestructura.
Esto desencadenó otra acción que pudo jugar en contra y es que tanto Colfútbol como Conmebol, le cuestionaron a la Fifa la puntuación otorgada al proyecto suramericano.