Para ir a la Copa América de Chile, a los 17 integrantes (15 jugadores y dos entrenadores) de la Selección Colombia de fútbol intelectual (discapacidad cognitiva) les tocó sacar de su bolsillo para pagar su pasaje a Puerto Montt.
Esto parece paisaje para muchas delegaciones que salen a representar al país, pero poco les importó y le entregaron una buena noticia con la clasificación al Mundial de Suecia, a disputarse en junio de 2018.
“El proceso lo iniciamos este año, aunque el fútbol en esta modalidad –con la misma dinámica del convencional– es de hace 10 años, pero es la primera vez que vamos a una Copa América y, por ende, a una Copa Mundo”, expresa Andrés Campaz, entrenador.
Reconoce que, antes de iniciar el manejo de este grupo, sintió temor de hacerlo mal, pero que, de inmediato, se impregnó con la pasión que significa ser como un segundo padre para estos deportistas.
Con jugadores de todo el país –menos de Antioquia porque, en el último selectivo, el departamento no envió un equipo representativo–, hicieron historia al empatar 0-0 con Argentina (que ha ido a las dos ediciones anteriores de esta cita, que se hace cada cuatro años) y con Chile (1-1), elencos con proceso amplio.
“Ahora que viene el certamen en Suecia solo queda seguir preparándonos y seleccionando lo mejor para competir, esperamos tener el apoyo pleno del Comité Paralímpico Colombiano (CPC) y la Federación de Deporte Especial (Fedes), como lo han venido manifestando”, dice Campaz.
Con la paciencia para repetir y hacerle interiorizar todas las tácticas a sus pupilos, Campaz se desvela con cumplir el sueño de 20 personas (para el Mundial pueden incluir más) de representar a su país .