El técnico de Nacional, Juan Carlos Osorio tiene muy claras las razones de su rotación. Además de que todos se sientan parte de los éxitos, el entrenador sustenta su método en que es imposible jugar cada 3 días sin arriesgar la salud e integridad de los jugadores. “Eso sucede cuando no hay 5 días entre juegos”.
Pero, ¿entonces por qué hay equipos que no rotan y rinden de buena manera? El mayor ejemplo hoy es el Liverpool de Inglaterra, que enfrenta cada tres días sus duelos con los mismos jugadores y solo hace cambios, o por lesión o sanción. Está vivo en la Champions y le lleva 22 puntos de ventaja al segundo en la Liga Premier. También está el caso de Conor Coady, futbolista inglés que acumula 100 partidos consecutivos con el Wolverhampton y no ha sufrido ninguna lesión.
El médico José Fernando Arango indica que un jugador de fútbol puede actuar a una frecuencia de 3 o 4 días sin ningún problema. “El cuerpo está preparado para eso, el deporte lo permite y por eso se pueden programar partidos cada 72 horas, menos de eso, no es recomendable”.
Para hacerlo cada tres días, agrega el especialista, se deben revisar las cargas de entrenamiento en ese intervalo, porque se requiere de un buen descanso y una mejor alimentación.
La fisioterapeuta Carolin Ávalos, especialista en entrenamiento deportivo, asegura que un futbolista siempre puede estar al 100% mentalmente. “Dar este porcentaje es la única opción, pero el rendimiento físico es oscilante y la carga de trabajo también, eso se llama entrenamiento y depende de parámetros individuales”.
El paramédico APH y docente de Enfermería, Andrés Grajales, indica que “el ácido láctico se puede demorar en transformarse en masa muscular hasta 4 días dependiendo del desgaste. Además, está el gasto cardíaco. El jugador no podría competir al 100% ambos partidos”.
En la discusión entra el exfutbolista Mauricio Molina, quien asegura que el cuestionamiento no debería ser si se puede o no jugar cada tres días, sino otro. “Las preguntas deberían ser: ¿cómo jugaría cada 3 días? ¿A qué nivel lo haría? Jugando con esa intensidad los músculos no se alcanzan a recuperar al 100% lo que generaría una caída en el rendimiento y aumentaría la probabilidad de lesiones”.
El especialista Sergio Andrés Alzate manifiesta que, además de la recuperación, hay otros factores que entran en juego: “El problema no es tanto jugar, la dificultad radica en los viajes (estadías en aeropuertos, desplazamientos), estado de los terrenos de juego y los cambios de clima”.
Además, otra opinión médica es la de Juan Esteban González, quien analiza que los futbolistas no se pueden comparar con los ciclistas o tenistas. “Los estímulos y grupos musculares son distintos. El futbolista, contrario a aquellos, que se preparan por periodos, entrena a diario y eso desgasta el cuerpo. La competencia debe tener, mínimo, 72 horas de recuperación y, sin embargo, el cuerpo no lo hace del todo”.
Aunque queda claro que sí pueden jugar cada tres días, hay factores a tener en cuenta y que tienen que ver con la capacidad de recuperación y respuesta de cada organismo.