El fútbol americano de Estados Unidos está de luto tras conocerse el fallecimiento de la hija menor del linebacker de los Tampa Bay Buccaneers, Shaquil Barrett.
Arrayah, quien tenía tan solo dos años de edad, murió, al parecer, tras caer accidentalmente en la piscina de la casa de la familia en Tampa, Florida.
De acuerdo con información del Departamento de Policía de la ciudad, agentes acudieron a una casa ubicada en Beach Park, en Tampa, a las 9:30 de la mañana del pasado domingo 30 de abril, después de recibir el reporte de la caída de una menor a una piscina. La niña fue llevada a un hospital, pero no pudo ser reanimada, por lo que fue declarada muerta minutos después.
“Fue un trágico accidente y no hubo ningún acto criminal”, concluyó la Policía.
Hasta el momento, ni el jugador –que está en proceso de recuperación de un desgarro en el tendón de Aquiles– ni su familia se han pronunciado sobre el trágico hecho. Cientos de condolencias han sido enviadas a la familia, desde el equipo, ganador del Super Bowl 2020, hasta el histórico exjugador Tom Brady, quien fue compañero de Barrett hasta el año pasado, cuando anunció su retiro.
“Nuestros pensamientos y oraciones están con Shaq, Jordanna y toda la familia Barrett durante este momento inimaginablemente difícil”, escribió el equipo en un comunicado. “Si bien no hay palabras que puedan proporcionar un verdadero consuelo en un momento como este, ofrecemos nuestro apoyo y amor mientras comienzan a procesar esta pérdida tan profunda de su amada Arrayah”, agregaron.
Brady, por su parte, publicó una foto de la familia Barrett con el mensaje: “Los Brady te quieren”.
El fallecimiento de Arrayah ocurre justo unos días después de que cumpliera dos años, el pasado 19 de abril. De hecho, la última publicación del jugador en Instagram estaba dedicada a su hija: “Feliz cumpleaños 2, a mi linda chica. Eres tan dulce y adorable. Viniste a completar nuestra familia. Te amo bebé”, escribió en ese momento Barrett en su perfil en la red social.
Barrett, de 30 años, ha jugado nueve temporadas en la National Football League (NFL), las cinco últimas con los Tampa Bay Buccaneers. Antes de llegar al equipo de la Florida, jugó con los Denver Broncos, con los que ganó su primer Super Bowl en 2015.