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El técnico Jerry Jaramillo Ríos es un hombre de contrastes. Tímido, reservado y de pocas palabras cuando no está en confianza. Son cosas que deja a un lado al momento de enfrentarse a una plataforma o una competencia, pues es allí cuando además de su osadía, salen a flote la inteligencia y la habilidad para buscar lo más alto del podio.
Nacido en Segovia, Antioquia, Jerry llegó con sus hermanos (Tom y Harry) y su mamá Martha Nubia Ríos a vivir a Medellín en busca de oportunidades de vida y estudio, mientras que su papá Rigoberto Jaramillo pasaba los días entre el Nordeste y la capital de la Montaña, ya que no podía descuidar el negocio familiar.
En ese afán por darles un buen porvenir, los padres de Jerry le advirtieron que, además de estudiar, debía dedicarse a un deporte, fue así como llegó a la unidad deportiva para observar las disciplinas que allí se practicaban.
“Pasamos por gimnasia y tenis, esos deportes me llamaron la atención, y cuando íbamos por la piscina vimos a un deportista lanzarse desde la plataforma, mi papá me dijo que hiciéramos una apuesta y al lunes siguiente me inscribió en clavados”, recuerda entre risas, pues ganó.
Así empezó el camino de Jerry por los clavados, en los que se destacó como plataformista, ya que las alturas es lo suyo, la adrenalina y la emoción que le producía lanzarse desde los 10 metros siempre lo llevaron a destacarse, hasta que una lesión en la muñeca izquierda lo llevó a dejar las competencias.
Pero esa pasión que había cimentado no se quedó ahí, y tras un año por fuera del agua, recibió la oportunidad que le brindó Cristina Ríos, quien lo invitó a hacer parte del grupo de entrenadores, que formó el técnico Fu Quian y que luego, bajo la batuta de Óscar Urrea, se siguió puliendo para dedicarse a moldear a los clavadistas de Antioquia.
Arrancó con una categoría infantil y poco a poco fue escalando hasta que fue designado como entrenador de Antioquia, y luego con Colombia. Ajusta 18 años como entrenador y desde hace 7 fue llamado a la Tricolor en la que ha alternado, siendo asistente de los entrenadores Óscar Urrea y Wilson Molina.
Diana Pineda, Sebastián Villa y Alejandro Arias son algunos de sus pupilos con mejores resultados y en quienes además del proceso de formación, ha sido clave para su desarrollo personal, algo que cada uno de ellos destacaba de Jerry, a quien ven más como un amigo.
Con Diana, Jerry ha vivido el momento más feliz para ambos en la carrera deportiva, al ganar la medalla de oro de los Juegos Centroamericanos y el Caribe en Barranquilla, venciendo a la campeona del mundo, la mexicana Paola Milagros Espinosa Sánchez.
Resultado que se une a los alcanzados en el ciclo olímpico en Juegos Nacionales y Bolivarianos.
“Recuerdo que perdí mi primer torneo nacional como técnico en el debut, pero luego de eso, y gracias a la disciplina, amor y dedicación que mis alumnos le ponen al trabajo hemos cosechado muchos triunfos”, reconoce el entrenador que logró en el Suramericano de Argentina cuatro medallas de oro con Diana y Sebastián, quienes ganaron en individual y sincronizado en los 3 metros y plataforma.
A pesar de sus resultados, Jerry no fue el designado por la Federación para la Copa Mundo que se disputará en Japón, y en la que sus dirigidos buscarán el cupo Olímpico.
Con algo de nostalgia afirma que seguirá, a distancia, a sus pupilos con la ilusión de que puedan alcanzar la meta que se han puesto en este ciclo de preparación, y convencido que darán lo mejor para alcanzarlo.
De ese ciclo, le falta conseguir oro en Panamericanos, Mundial y Olímpicos, metas que siguen en su mente y a las que le apuesta cada día en los entrenamientos.
Paralelamente, Jerry ha incursionado en el negocio de las comidas, algo que lo tiene contento y motivado, lo mismo que el título de Licenciado en Educación Física de la universidad de Antioquia, que espera recibir en junio próximo, sumando otro logro más.
Periodista de la Universidad del Quindío. Cuyabra hasta los huesos y mamá de un milagro llamado Mariana, amante de la salsa y apasionada por el deporte.