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El accidente que sufrió Andrés Felipe Rojas en 2012, en el que perdió una pierna, no le quitó su pasión por las motos.
“Caspa”, como lo conocen, ha sobrevivido a dos percances en su medio de transporte, el cual le ha servido también para ser protagonista en diferentes modalidades del motociclismo.
“Uno fue en el 99. En ese tiempo el juego de chance se hacía a mano y tenía que ir a las veredas a recogerlo. Veníamos por la vía Bogotá-Fusagasugá y no vimos un árbol que había atravesado en la carretera. El muchacho que iba conmigo murió, yo estuve grave en la capital, pero gracias a Dios sobreviví”.
Si bien ese episodio fue delicado, lo fue aún más el que vivió en abril de 2012, que derivó en la amputación de su pierna derecha: “Todo pasó por la imprudencia de un señor que no hizo el pare y cuando impacté contra su carro, él frenó encima de mi pierna y la perdí”.
Diez días después se la amputaron, en lo que “Caspa” considera un acto de negligencia del hospital, “pues necesitaban un médico cardiovascular urgente y solo después de 30 horas me pudo ver y me operó, pero ya era tarde, la pierna duró mucho tiempo sin recibir sangre”.
Salió adelante
El accidente marcó la existencia de Rojas y sacó a flote su resiliencia y eterno idilio por las motos, sobre las cuales ya estaba montado solo 15 días después de lo sucedido para seguir con sus quehaceres diarios, entre los que están la mensajería. “Me recuperé muy rápido, los psicólogos que me atendieron me dijeron que era un berraco”.
El regreso al motociclismo tampoco tardó. En octubre del mismo año asistió de nuevo a un evento, la válida de San Fernando. Y aunque su idea inicial era ser espectador, finalmente no pudo contener su deseo de estar en acción.
“La verdad no me aguanté, yo tenía una RX 115 y corrí. Me prestaron un traje y me tocó actuar solo con el freno delantero, lo hacía con la caja de cambios. Ese día fue mi primera competencia después de lo sucedido y fui la sensación, la gente se pegaba a las vallas a gritarme: ‘¡vamos, vamos!’. Terminé segundo y hasta el alcalde de Madrid (Cundinamarca) me felicitó y me puso de ejemplo”, evoca.
Andrés Felipe ha incursionado en pruebas de velocidad, stunt y enduro. Aunque después del accidente seguía entrenando en la moto de velocidad, ya no se metía tanto en las pruebas “porque estas son muy bruscas”.
Ante el riesgo, decidió “salir a trochar” para lo cual consiguió una moto que, aunque modesta, le permitía sacar su adrenalina.
Encontró un ángel
En ese cambio de modalidad le apareció un amigo, a quien define como un ángel: José Geovanny Rubiano, propietario de Truchas GR, quien se convirtió en su principal apoyo. “Él salió a trochar conmigo y quedó fascinado. Luego buscamos caminos más duros, pasar palos, piedras, ríos, y me enamoré del enduro”.
Su nuevo amigo, consciente del potencial que tenía “Caspa”, lo motivó a buscar una moto que le permitiera ser protagonista en esa modalidad, pero hacerlo resultó más complicado de lo esperado: “Logré recoger una platica, aunque no mucha, seis milloncitos. Pero fue muy chistoso porque yo me fui a buscar una moto esperando comprarla y cuando llegué al almacén los precios oscilaban entre 10 y 15 millones de pesos”, rememora entre risas, a la par que recuerda que solo le dada para “una hondita 250”.
En ese momento apareció su ángel terrenal y le dio una mano para adquirir una de 12 millones, con la que tuvo su primera travesía por el Magdalena, y además vivió otras experiencias inolvidables.
Rojas participó el pasado fin de semana en la válida de Gladiadores Offroad, en Santa Fe de Antioquia. Para él, este es uno de los mejores eventos del país por la organización. Igualmente, valora la acogida que le dan en Antioquia.
Ahora “Caspa”, que por extrovertido se ganó ese apelativo, cruza dedos para que le resulten más os patrocinadores que le permitan seguir disfrutando de esa pasión, a la que sigue aferrado así sea con una sola pierna
De niño soñé ser periodista deportivo. Soy sonsoneño, especialista en comunicación y un apasionado de mi profesión.