viernes
3 y 2
3 y 2
Mariana Gómez es de cabello castaño, sus ojos son cafés y en la sonrisa irradia una alegría contagiosa.
Aunque es 12 centímetros más alta que Pauline Ferrand-Prévot (1.65 m), exitosa ciclista francesa, tiene un porte similar al de la siete veces campeona del mundo (un título en ruta y 6 en ciclomontañismo).
Esta pedalista antioqueña es sinónimo de deporte. En su niñez fue tenista, su adolescencia estuvo marcada por el fútbol y desde hace 7 años encontró en la disciplina de las bielas su nueva pasión.
Le encanta ponerse retos y por eso estará presente este domingo en la edición 50 del Clásico El Colombiano.
“Yo me retiré del tenis en séptimo grado. Cuando era niña me decían Sharapova porque era mona y alta”, contó Mariana, quien tenía como principal referente a Roger Federer.
Hincha de Atlético Nacional y del Real Madrid, aún recuerda cuando en 2014 fue al Santiago Bernabéu a ver a uno de los equipos de sus sueños y a conocer a Cristiano Ronaldo. “Me fui a estudiar a Málaga –seis meses de intercambio– y aproveché para conocer el estadio del Madrid. Ese día me puse a llorar de la emoción”, recordó Gómez.
Mariana es Ingeniera de Producción de la Universidad Eafit, aunque solo en el papel, como ella dice, porque actualmente se desempeña como jefe de Comunicaciones de Riwi, una empresa que busca romper la inercia social en los jóvenes y darles herramientas para transformar sus vidas.
En este momento están elaborando una “incubadora de desarrolladores de software”, un proyecto que capacita a las personas para que trabajen en empresas en diferentes campos.
Sus primeros pedalazos
Esta paisa, bastante extrovertida, empezó en el mundo del ciclismo a los 22 años. Y a pesar de ser atleta desde que tiene memoria, Mariana nunca imaginó que la vida la llevaría a convertirse en pedalista, pues decía que este deporte es para súper humanos.
“Mi primera experiencia en bici fue en el ascenso a Las Palmas, a las 6:00 a.m. con una bicicleta prestada. Subí como 3 kilómetros y casi me vomito. Pero me terminó gustando”.
Su primera cicla fue una GW de color verde y negro. La corredora tenía sus ahorros destinados a otro proyecto; no obstante, decidió comprar esa bici de la cual no se arrepiente. De hecho, asegura, “comprar bicicleta fue mi mejor inversión”.
Fue modelo de la agencia AE Models. En ese entonces llevaba apenas un año como pedalista. Un año muy intermitente a nivel deportivo, expresó. Pero Una llamada cambió su vida: “hola, hablas con Carolina Ferrer. Yo trabajo con Bike House y estamos buscando mujeres que quieran ser embajadoras, ¿te interesa?”, rememoró.
Mari, que en ese momento estaba en el sofá de su casa buscando en internet repuestos para su bici, no dudó en aceptar la propuesta. Así fue como empezó a combinar el deporte con las redes sociales.
Durante los últimos años ha sido embajadora de grandes marcas como Go Rigo Go, Suárez, Bike House y Aurum, esta última que es exclusiva del exciclista español Alberto Contador.
Creció exponencialmente en redes en 2017, cuando Rigoberto Urán quedó de segundo en el Tour de Francia. En ese año Mariana era la única mujer embajadora de la marca del ciclista nacido en Urrao.
Lugares que no imaginó
Mariana ha participado en la Transcordilleras, Ruta Colombia y en varias ediciones de la Ruta Medellín. Los escenarios nacionales que ha visitado con su cicla, y recuerda con mayor satisfacción, son el Páramo de Sumapaz, Villa de Leyva y Urrao. Esos paisajes mágicos y coloridos la han enamorado más de este deporte.
En 2017 participó en el Gran Fondo de Panamá Ocean to Ocean, competencia en la que quedó primera en su categoría y tercera en la general. Mientras que dos años después recorrió los Dolomitas, macizos montañosos ubicados en los Alpes orientales de Italia.
Ahora, esta antioqueña a la que le encantan los retos y ayudar en causas sociales, rodará este domingo junto a su padre, Sergio Gómez, en el Gran Fondo del Clásico El Colombiano.
Sergio, quien gracias a su hija es conocido en redes como “Papá Gómez”, se le medirá, a sus 63 años, a los 110 km del recorrido. Y es que esta familia tiene claro cuál es la esencia del Clásico EC: una fiesta de ciclismo en la que ayudar a fundaciones sin ánimo de lucro son los principales motivos para pedalear con fuerza. Por lo pronto, esta mujer deportista cuenta los días para encarar el reto y seguir siendo fuente de inspiración en sus redes sociales.