Eléider Álvarez confiesa que desde el pasado sábado, luego de su contundente triunfo ante el estadounidense Michael Seals, ha tenido poco tiempo de descanso. Esa inolvidable noche, en el Turning Stone Resort & Casino, en Verona, EE.UU, el antioqueño se adjudicó el título semipesado continental vacante del Consejo Mundial de Boxeo.
Retornar a las primeras páginas del boxeo internacional y aún más tras el soberbio nocaut con el que se impuso, lo han mantenido ocupado no solo con sus promotores, que empiezan a negociar el combate para aspirar a la corona mundial, sino también con familiares, amigos y seguidores en redes sociales que, con sus felicitaciones y mensajes, hacen que su celular suene y vibre a cada instante.
En charla ayer con EL COLOMBIANO, Álvarez manifestó que pese al difícil 2019 que vivió, producto de un desgarro del talón del pie izquierdo y tras perder el cinturón de la Organización Mundial del peso semipesado ante el ruso Sergey Kovalev, jamás dejó de creer en sus condiciones, y que el retorno victorioso ante Seals lo llena de motivación para continuar aspirando a cosas grandes en este deporte.
Ese derechazo con el que derribó a Seals fue tendencia varios días, impresiona bastante, ¿qué sensación le produce cuando observa la acción?
“Alegría, porque después de casi dos años, cuando me medí por primera vez a Kovalev y lo vencí, logré retornar como quería a la élite mundial. Gracias a Dios salió todo muy bien. Desde que se confirmó el duelo con Seals empezamos a estudiarlo para saber qué se podía hacer con él. Y la derecha, sacándola corta, en la media distancia, fue una de las cosas que se practicaron. Me siento feliz porque iba ganando todos los rounds, haciendo mi mejor boxeo, manteniendo al oponente a distancia porque es muy pegador. Me moví bien, tuvo un jab rápido, el cual pienso que es el mejor de la división de las 175 libras”.
Y eso que su oponente decía, que su tiempo en el boxeo ya había pasado. ¿Qué les dice ahora a los demás contendores tras semejante regreso triunfal?
“Les expresó que todavía hay Eléider Álvarez para mucho rato. La derrota contra Kovalev me enseñó que tengo que seguir confiando en mis capacidades, en mi boxeo, ese que me llevó a ser campeón del mundo, que no puedo dejarme llevar de otros factores. Yo no tiro muchos golpes, pero cuando lo hago soy preciso. No tengo que desesperarme y eso demostré en la última pelea. No me interesa escuchar palabras necias, quien se monta al ring soy yo y no la gente”.