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La riqueza y diversidad geográfica de Colombia es directamente proporcional con el talento de sus deportistas. En cada rincón del territorio nacional existen atletas con una calidad superlativa. Algunos de ellos logran destacarse a nivel profesional y sacan del anonimato a sus territorios, y contribuyen con su progreso.
Muchos de los que logran sobresalir por fuera de las fronteras son oriundos de regiones apartadas del país, pero a punta de esfuerzo y disciplina salen adelante a pesar de la pobreza de sus familias y del abandono del estado.
Pese a eso, la mayoría se niega a olvidarse de su territorio y, al parecer, no les importa haberse quedado esperando un patrocinio que nunca llegó o prefieren dejar ese hecho en el olvido.
Con hechos demuestran que no guardan rencor alguno con su cuna, las raíces jalan con más fuera y el amor por el pueblo y por sus coterráneos lo puede todo.
Juan Guillermo Cuadrado, Alfredo Morelos, Miguel Ángel Borja, Yerri Mina, Antony Zambrano e Ingrit Valencia son oriundos de poblaciones apartadas y en la actualidad trabajan por ellas.
Crearon fundaciones
Cuadrado, nacido en Necoclí, tiene una fundación que lleva su nombre. Si bien su sede es el barrio La Sierra, de la Comuna 8 de Medellín, también realiza obras en pos de la región de Urabá y de su municipio en particular.
Otro de los que lucha por su tierra es Mina, quien nació en Guachené, Cauca. Allí tiene su Fundación. Tampoco se quedan atrás Morelos, nacido en Cérete y Borja, cuya madre dio a luz en Tierralta. Ambos cordobeses tienen proyectos en los que buscan favorecer estos pueblos, sus habitantes y las nuevas generaciones que quieren seguir sus pasos, pero al igual que ellos tiempo atrás, no encuentran dónde proyectarse.
En estas instituciones brindan un apoyo particular a los niños que gozan de cualidades para el deporte y la cultura.
“Buscamos aportar en la trasformación de los niños desde sus principios y valores”, cuenta Sergio Mejía, director de la Fundación Juan G. Cuadrado.
Aunque no todos tienen fundaciones, otros dejan en alto sus regiones: la boxeadora Ingrit Valencia (Morales, Cauca), Rigoberto Urán (Urrao, Antioquia), Luis Díaz (Barrancas, La Guajira), Daniel Muñoz (Amalfi, Antioquia) y Nairo Quintana (Cómbita, Boyacá).
Las fundaciones de Morelos, Borja, Wílmar Barrios, Mina y Jeison Murillo decidieron hacer una red de trabajo. Entre otros enentos programaron un intercambio deportivo y artístico, en Cereté, entre el 8 y el 10 de julio del presente años, con el que según sus organizadores “busca mostrar que creen en el país y le apuestan fuertemente a lo social”.
En Tierralta, 250 niños y jóvenes reciben instrucción
La Fundación Miguel Ángel Borja, deportista oriundo de Tierralta, Córdoba, tiene 250 niños y jóvenes entre los 10 y los 16 años de edad. Todos ellos se centran en el fútbol.
“Acá tenemos una sede propia y contamos con dos canchas, con cuatro instructores y un coordinador. Nos estamos preparando para participar en el torneo de la Liga de Córdoba. En estos momentos los beneficiados son chicos de los estratos 1 y 2”, expresó Luis Pérez, coordinador de la Fundación.
La entidad tiene un acuerdo con Christian Daes, quien por cada gol que anota el atacante cafetero con el Junior, el empresario le da cinco millones para el autosostenimiento de esta. “Acá se brinda un acompañamiento psicosocial y de diferente índole con toda clase de profesionales”, agregó.
Esta Fundación se proyecta con implementar procesos de arte y cultura, orientado por la fe cristiana que profesa su gestor. Igualmente, en el futuro sueñan con crecer en su infraestructura “para contar con un comedor escolar en el que los chicos también puedan obtener la alimentación, que igualmente se implemente un refuerzo escolar en algunos de ellos, porque la mayoría de nuestros niños son de la zona rural, ellos vienen de las veredas”.
Allí celebran que hace poco adquirieron un bus, con el que precisamente benefician a esos infantes que tiene su lugar de residencia alejado del casco urbano.
Guachené promueven valores, deporte y cultura
La Fundación Yerri Mina se fundó en 2016 y tiene su sede en Guachené, Cauca, lugar de nacimiento del zaguero de Everton inglés. Según don José, padre del futbolista, su mayor énfasis es la “formación integral” de los 480 niños, entre los 6 y los 16 años que se benefician del programa.
“Queremos apoyar la cultura, la raza negra, les abrimos espacios para que practiquen danza, para que estén en una banda musical marcial, pero también para que aprendan bailes modernos”, segura don José.
Igualmente, la fundación cuenta con una completa aula de sistemas y se preocupa por la formación en el idioma inglés de sus estudiantes.
“Los niños llegan acá diciendo que se quieren parecer a Yerry Mina, pero nosotros les insistimos que se tienen que parecer es en sus valores, disciplina, dedicación, responsabilidad, respeto, todo eso lo caracteriza a él” expresa el mayor de los Mina.
También destaca que allí gozan de un complejo deportivo con tres canchas, salón múltiple y piscina. Y de un edificio en el casco urbano y un museo en el que exponen los principales logros del deportista, con el objetivo de que el zaguero sea una fuente de inspiración entre menores. Y de paso buscan promover el turismo hacia esta población, la cual cuenta con 20.000 habitantes.
En el futuro esperan crear un lugar para albergar a las personas que tienen talento, “pero que por cosas de la vida no tomaron el camino indicado, que tiene malos hábitos y que seguramente con ayuda podrán salir adelante”.
Cereté proyecta atletas y niños artistas
La Fundación Alfredo Morelos, principal aporte del futbolista del Rangers de Escocia para su región, se constituyó en 2019. “Ese mismo año, en diciembre, se hizo un partido con las Estrellas con el que llenamos el estadio de Cereté con cerca de 7.000 personas, algo que nunca se había visto allí”, cuenta Franklin González, su director.
En ese entonces se consiguieron recursos para donar más de 4.000 toneladas de alimentos a las personas más necesitadas.
Debido a la pandemia, la Fundación tuvo que parar durante algún tiempo el reclutamiento de los niños, pero terminada esta retomó su labor abriéndoles las puertas a los infantes del casco urbano y el área rural, de estrato 1.
“Se empezaron a hacer las pruebas de talento y se presentaron 1.000 aspirantes. Entre ellos se hizo un filtro con las dos áreas que manejamos, deporte y cultura, concatenado con el tema psicosocial. Finalmente quedaron 240 niños a los que se les ha hecho visita domiciliaria con nuestros profesionales y se hizo con un filtró final de 160, que fue con los que arrancamos este proceso”, agrega González.
En la actualidad hay cerca de 200 niños, divididos en las cinco categorías de fútbol y el área cultural que está dividida en danza, teatro y música. La Fundación cuenta con sede propia con canchas de fútbol, auditorios y demás, que están a disposición de los pequeños que disfrutan de todos estos espacios sin ninguna clase de costo.
En Urabá y La Sierra se transforman comunidades
La Fundación de Juan Guillermo Cuadrado se creó en julio de 2013 en el barrio La Sierra de la ciudad de Medellín y allí tiene su centro de operaciones.
Según su director, Sergio Mejía Valencia, enfatizan en valores. “En particular en el perdón, la tolerancia, el amor y la fe, porque tenemos historias tan duras como bonitas, pues ha pasado que coinciden en nuestra institución niños que el papá del uno mato al papá del otro”.
En Medellín tienen la sede central de la escuela de fútbol, pero también hay presencia en Necoclí, Apartadó, Ocaña y Quibdó. En cada una de estas regiones tienen alrededor de 110 beneficiarios entre los 10 y los 20 años de edad.
“También tenemos el club Juan Guillermo Cuadrado que trabaja fuertemente en fortalecer las familias. Aportamos en la formación integral”.
En la entidad no solo se enfocan en lo deportivo, también tienen una escuela de teatro, arte y danzas. El director subraya que ellos se enfocan en aspectos primordiales de transformación en las comunidades en las que tienen el privilegio de estar. La base es el acompañamiento a la niñez, el desarrollo de la familia y el cambio social.
Aseguran que la fe en Dios los fortalece para su trabajo diario. Así, el jugador de la Selección Colombia y del Juventus le aporta al país y a territorios que requieren manos amigas.
Morales se hizo más visible
Los puños de la medallista olímpica Ingrit Valencia le dieron visibilidad al municipio de Morales, Cauca, de donde emigró a la edad de 7 años la reciente subcampeona mundial en Turquía. Las referencias que se tenía de esta población agrícola de 25.000 habitantes eran, infortunadamente, por el conflicto armado. Sin embargo, los triunfos de Ingrit permitieron otra imagen en el país.
La deportista no se ha olvidado de sus raíces. Su mamá, Rubiela, cuenta que acude a los homenajes que le hacen y ha entrenado allí en varias ocasiones, además de trabajar con los niños. “Quiere mucho el pueblo y vive orgullosa de él, pues allá tememos mucha familia”, añota la mamá.
Actualmente Valencia vive en Ibagué, donde también aporta sus conocimientos deportivos a las nuevas generaciones, además de hacer labor social.
De niño soñé ser periodista deportivo. Soy sonsoneño, especialista en comunicación y un apasionado de mi profesión.