El primer, y quizás último enfrentamiento que haya entre Roger Federer y Serena Williams, el 1ro de enero y que tendrá lugar por el cuadro de dobles mixtos en la Copa Hopman, cumplió por fin el deseo de los aficionados al tenis que durante años aguardaron la oportunidad para ver frente a frente al tenista más ganador de Grand Slam (20 torneos) ante la mujer que más certámenes de esta clase ha acumulado en su exitosa carrera (23).
Y aunque no habrá un duelo puntual entre ambos sino que estarán en un partido de dobles, los aficionados en redes sociales no dejaron pasar de lado la especulación acerca de quién ganaría un eventual enfrentamiento; si el talento único y superlativo de Federer o la potencia y portento físico de Serena. Nunca se sabrá y los apasionados por la raqueta tendrán que conformarse con el legado que ambos han dejado tanto el circuito ATP como en el WTA.
Sin embargo, el duelo que abrirá por lo alto la temporada tenística de 2019 avivó el debate de qué tan posible es que un hombre y una mujer compitan en diferentes disciplinas en igualdad de condiciones. Los casos no abundan pero sí son significativos.
La Batalla de los sexos
Así se conoció el partido de tenis más mediático en la historia - lo vieron 300 millones de personas por televisión- y que ocurrió 1973 en Texas, Estados Unidos, entre la tenista Billie Jean King, de 30 años en aquel momento y que además de ser una de las grandes tenistas era una feminista consumada. El rival fue Bobby Riggs, un extenista de 55 años que brilló durante las décadas de los 40 y 50 y que era famoso por tener posturas abiertamente machistas como estar en contra de que las mujeres jugaran este deporte.
El partido terminó a favor de King 6-4, 6-3 y 6-3 y más allá del espectáculo de mercadeo fue la semilla inicial para la fundación de la WTA, el circuito femenino creado precisamente por Bille Jean y que ha hecho posible que el talento de Serena Williams, Steffi Graf, Monica Seles, María Sharapova, entre tantas otras, tenga la repercusión que merece.